- Observadores en las elecciones venezolanas
- La sede de Madrid
- El indigenismo
- Los acuerdos parlamentarios de Bilbao
Diario de Sesiones. 27 de octubre de 2005
El señor ANASAGASTI OLABEAGA:
Muchas gracias, señor presidente.
Señor ministro, le agradecemos que comparezca en esta Cámara
al día siguiente de haberlo hecho en el Congreso, aunque con ello
se demuestre una vez más que sería conveniente que existiera
una comisión mixta Congreso-Senado en materia de política
exterior con el fin de que usted no tuviera que hacer ese doble papel.
Sabemos que somos una Cámara de segunda lectura, pero también
de doble discurso, de ahí el que con la creación de esa
comisión mixta se agilizarían mucho las cosas.
Al principio de su intervención ha hecho usted alusión
al foro parlamentario iberoamericano celebrado en Bilbao y ha dicho que
ha sido un hecho extraordinariamente relevante. Pues bien, en primer lugar
debemos reconocer la apuesta que usted, como ministro de Asuntos Exteriores,
ha hecho para que ese foro se celebrara en Bilbao, en el País Vasco,
algo que agradecemos. También reconocemos el creativo y responsable
trabajo realizado; las cuatro ponencias fueron serias, consistentes e
interesantes. Sin embargo, no hemos visto que en la Cumbre de Salamanca
se haya traducido la relevancia que hemos querido dar a dicho foro, que
creemos ha supuesto un primer paso --piénsese que a él acudieron
13 presidentes de parlamentos iberoamericanos y personalidades representativas
de otros parlamentos--. Y es que el hecho de que en tres meses detrás
de lo ocurrido en Costa Rica se haya organizado una cumbre de esas características
tiene su importancia, sobre todo si queremos dar eco a ese embrión
o principio de formación de un pensamiento iberoamericano, coordinado,
lo que, como es lógico, deberá tener una traducción
parlamentaria porque los gobiernos, o nacen del parlamento, o tienen un
control parlamentario.
Llamo su atención que en la apertura de la Cumbre de Salamanca
sólo se hizo una alusión al foro de Bilbao. Y así
como el presidente del Parlamento europeo, el señor Borrell, interviene
en los Consejos Europeos para expresar el pensamiento parlamentario, como
antes han hecho otros presidentes --usted lo sabe mejor que yo--, creemos
que en este caso se ha desaprovechado una oportunidad para que representantes
del Congreso o del Senado o incluso el propio presidente de las Cortes
Generales hubiera intervenido por espacio de media hora para referirse
a ese importante Foro de Bilbao. Ya sabemos que al Ejecutivo no le gusta
nada que el Legislativo, que tiene una función de control político,
exprese sus opiniones; pero si verdaderamente creemos en ese invento Iberoamericano,
la opinión parlamentaria tiene que evidenciarse e insistirse más
en ella para que se conozca.
Por otra parte, usted hizo un buen discurso en Bilbao que yo seguí
con interés, al igual que lo hizo en Salamanca; pero insisto en
que faltó énfasis al hablar sobre lo sucedido en Bilbao.
Por ello, de cara a la próxima reunión, que seguramente
tendrá lugar en Uruguay, quisiera saber qué es lo que usted
espera que se pueda llevar a cabo de lo que se aprobó en Bilbao,
y qué tipo de seguimiento se va a hacer de esas cuatro ponencias
durante este año; que confío no se queden en papel mojado.
En segundo lugar, no estoy muy de acuerdo con que la sede de esa Secretaría
General esté en Madrid. Sé que usted dirá que así
se aprobó en su día, pero pienso que se podría haber
hecho un esfuerzo de descentralización. A mí me encantaría
que estuviera en el País Vasco; pero, habiéndose celebrado
la cumbre en Salamanca, en cuya universidad dio clases Francisco de Victoria,
padre del Derecho Internacional, y siendo una ciudad que no está
tan lejos de Madrid, en la que hay 40.000 estudiantes y muchos latinoamericanos,
creo que hubiera sido un lugar muy adecuado. También me dirá
que los embajadores están en Madrid, así como otras autoridades;
pero, como digo, estoy en total desacuerdo con esta centralización
absoluta de la Secretaría. Y es que luego pasa lo que pasa; por
ejemplo, toda la actual batalla sobre el Estatut también tiene
el componente de que Madrid no tolera que nadie le quite una pequeña
parte de su poder o la sede de sus instituciones. En definitiva, aunque
ya sabemos que esta Secretaría General, que empieza a caminar a
partir de este mes, no está territorializada, ¿se va a hacer
un esfuerzo para que ciertas cuestiones vinculadas a ella se traduzcan
y se hagan en otros lugares y no sólo en Madrid?
Otra cuestión apuntada por usted es la carta cultural iberoamericana.
Nadie duda que la península ibérica y Europa tienen una
presencia absolutamente notable en América --el castellano es un
idioma que se habla por toda ella--, pero también en América
hay un componente afroamericano e indígena. Precisamente durante
estos días ha sido noticia el fallecimiento de Rosa Parks, una
mujer negra que en 1955, en Montgomery, Alabama, no se quiso poner de
pie cuando vino a quitarle su sitio el hombre blanco. Y ahora, tras su
fallecimiento, el presidente Bush ha dicho que se ha perdido a una de
las mujeres más inspiradas del siglo XX.
En América Latina los indígenas, que tienen su idioma,
sus costumbres y su presencia, están preteridos, y ahí está
la situación de Bolivia, Ecuador, Colombia, Méjico o Guatemala.
Pero en el comunicado final de la Cumbre de Salamanca se hace una alusión
muy somera a lo que podría ser el Fondo Indígena, sin darle
un tratamiento específico. Sabemos que se trata de un tema delicado,
pero toda realidad que se ignora prepara su venganza. No sabemos lo que
se va a hacer al respecto, pero creemos que este tema no sólo debe
tener un componente europeo sino creemos también que debe haber
otro tipo de actuaciones respecto de un mundo que está ahí
y que toca a nuestra puerta; y si ésta sigue cerrada entrará
por la ventana.
Otro de los temas de futuro que usted ha apuntado es la creación
de una escuela de líderes políticos para la democracia en
América Latina. En ese sentido, a mediados de los años 50
un autor apellidado Pitaluga escribió la obra Diálogos sobre
el destino, en el que se dice algo muy significativo: que cuando existen
partidos sin política, termina por haber una política sin
partidos. Es una idea desarrollada por el político Rodríguez
Iturbe, hoy desterrado en Colombia.
La vitalidad de los partidos políticos radica en su política.
Hacen falta partidos con vida, partidos con política, para la salud
de las democracias --aquí y en América Latina--. Y también
partidos con una política basada en el ser humano que resulten
una cantera de ciudadanos, porque sólo con ciudadanos se logra
la entidad y continuidad de las democracias; porque ciudadanía
y democracia se exigen mutuamente, y democracia, verdad y pluralidad de
partidos, también.
Por otro lado, usted sabe mejor que nadie que los regímenes democráticos
en América Latina han tenido dos talones de Aquiles: la ineficacia
y la corrupción; la primera, de carácter técnico,
y la segunda, de carácter moral. La corrupción, por si fuera
poco, ha hecho más profunda la ineficacia del sector público,
y frente a la ineficacia resulta impostergable la capacitación
técnica del liderazgo político, sobre todo en el campo económico.
Frente a la corrupción, la educación democrática
de un nuevo liderazgo en América debe poseer un fuerte contenido
moral, porque la perversión de lo público por la corrupción
de los gobernantes en esos países ha minado la adhesión
a la democracia de amplios sectores populares en América Latina.
Nos gustaría saber cómo se puede concretar todo eso, que
todavía se esboza de forma muy tenue, porque lo consideramos fundamental
si creemos en sociedades democráticas bien articuladas, con representantes
públicos cuya acción política no esté basada
en el populismo. Y hablando de populismo, me va a permitir que haga alusión
a nuestro común amigo, Hugo Chávez, que nos ha visitado,
y afortunadamente no se entrevistó en Salamanca con personas que
iban allí poco menos que a elegirle como líder democrático
en América Latina. Luego lo hemos visto en Galicia, no precisamente
comprando libros para su biblioteca, sino haciendo incursiones en algo
tan poco adecuado en nuestra opinión para el progreso en América
Latina como es la compra de patrulleras. Quisiera que nos ilustrara a
este respecto, porque, como bien ha dicho el senador Perestelo, nos preocupa
la situación de los derechos humanos y de la libertad de prensa
en Venezuela, así como la denuncia que han hecho los medios de
comunicación públicos a la sociedad interamericana de prensa
por el cierre de canales de televisión, teniendo en cuenta además
la próxima incursión de Chávez en América
Latina, sobre todo en lo que se refiere a Telesur, un canal que pone al
servicio de sus intereses.
Termino con dos apuntes, señor ministro. Le recuerdo que aquí
se aprobó una moción, incluso lo hizo el Grupo Socialista,
respecto a Méjico y a la deseable conmemoración de la elección
del Presidente de la República. Es decir, también esto es
parte del acervo histórico, político y cultural de América
Latina y de las relaciones que hay entre Europa, España y América
Latina. Finalmente, permítame hacer una alusión a algo en
lo que yo no estoy de acuerdo con usted, en absoluto, en el día
de hoy. Ya sé que soy aquí una especie de llanero solitario,
pero no estoy de acuerdo con lo que ha dicho del 30 aniversario de la
entronización del Rey Juan Carlos porque, efectivamente, fue así,
pero fue ante unas Cortes con procuradores franquistas. El rey constitucional
lo es a partir de la aprobación de la Constitución en 1978.
Permítame este apunte, a mi juicio, importante desde el punto de
vista democrático.
Muchas gracias, señor presidente.
Contesta el Ministro Moratinos
Al senador Anasagasti quiero agradecerle sus palabras de valoración
positiva por los esfuerzos del ministerio en organizar e involucrar al
Parlamento en la cumbre y en el sistema iberoamericano. Le diré
que apoyo la intervención del Senador Castro, en donde declara
de manera muy clara las cuatro mesas que el foro parlamentario de Bilbao
tuvo y albergó y las conclusiones del foro parlamentario de Bilbao
están, prácticamente en sentido transversal, incorporadas
de una manera u otra en la declaración, incluso en el artículo
9 se toma nota muy claramente de las conclusiones del foro parlamentario
de Bilbao.
Dicho esto, que se tenga que mejorar el mecanismo de relación
y de participación parlamentaria en las cumbres, pues puede que
el senador Anasagasti tenga razón, pero hay que reconocer que estamos
en el comienzo, que fue este Gobierno el que invitó en primer lugar
a San José a distintos parlamentarios. Después de San José,
decidimos y consideramos -con la iniciativa propia de esta comisión,
de los senadores y del Congreso de los Diputados- que era positivo crear
este foro parlamentario iberoamericano, que así se hizo y era la
primera experiencia en donde se abordaba una cumbre justo después,
quince días después, de la celebración de un foro
parlamentario.
¿Qué lecciones tenemos que extraer o qué propuestas
podemos llevar de cara a la próxima cumbre, que, como se sabe,
se celebrará, en principio, en Montevideo, Uruguay, en el año
2006? Desde luego el Gobierno español se podría comprometer
a dos tipos de iniciativas: la primera, instar al secretario general de
la cumbre, al señor Enrique Iglesias, que tome en consideración
las propuestas y las conclusiones del foro y, por lo tanto, aquellas cosas
que no están ya recogidas en la declaración de Salamanca,
él pueda animarlas, llevarlas a la práctica, aconsejar su
programación. Creo que sería oportuno que esta comisión
pudiese invitar al secretario general iberoamericano a discutir y debatir
con el propio secretario cuáles son las prioridades adoptadas en
el foro parlamentario de Bilbao y así hacer un seguimiento desde
Bilbao hasta Montevideo y avanzar en algunas de las líneas propuestas
en Bilbao.
La segunda propuesta que el Gobierno podría asumir y defender
sería, como ha propuesto el senador Anasagasti, seguir el modelo
de los consejos europeos, en donde el presidente del Parlamento al comienzo
del consejo se dirige a los jefes de Estado y de Gobierno y expone la
posición del Parlamento Europeo. Creo que no sería nada
difícil de conseguir, de proponer al Gobierno de Uruguay, a las
autoridades uruguayas que en la próxima cumbre, lo mismo que cuando
hay un consejo europeo el señor Borrell se dirige a los jefes de
Estado y de Gobierno y después se sale y deja discutir a los jefes
de Estado y de Gobierno, propongamos que el presidente en ejercicio de
esa asamblea parlamentaria pueda dirigirse a los jefes de Estado y de
Gobierno. Ha faltado quizá tiempo, práctica y costumbre
para llevar a cabo de Bilbao a Salamanca esta fórmula, pero creo
que tiene razón el senador Anasagasti en señalar esta posibilidad
y como Gobierno y como ministro vamos a defenderla para que se pueda llevar
a la práctica en la próxima cumbre iberoamericana.
En relación con las sedes y el centralismo, señor Anasagasti,
los estatutos se firmaron y se adoptaron y se fijó por consenso
y unanimidad que fuese en Madrid. Por lo tanto, no es el momento de reabrir
el debate de por qué Madrid y no otra capital. Quizá no
hay que olvidar que lo importante era que estuviese en España,
ese era el sentimiento general de todos los participantes o los estados.
Se podía haber establecido la sede en Guadalajara o en México
o en Brasil, pero fue en España. No hay que tomarlo en sentido
negativo. Madrid tiene y ofrece, como bien ha señalado su señoría,
la facilidad de que los embajadores están cercanos. Una de las
conclusiones de la cumbre es que los embajadores latinoamericanos en Madrid
tengan reuniones periódicas y sigan el desarrollo de la secretaría
general. El tema de la centralización no es la primera vez que
se plantea. Cuando llegamos al Gobierno, incluso el presidente del Gobierno
me señaló si era posible encontrar otra sede en otro lugar
de España, pero los estatutos ya estaban consensuados. Reabrirlo
hubiese puesto en cierta dificultad la tramitación parlamentaria
y, por lo tanto, la ratificación de los estatutos de sede. Por
lo tanto, creemos que la de Madrid es una buena sede y que va a brindar
todas las posibilidades para hacer frente al trabajo, a la comunicación
y a la participación de todos los actores interesados en el espacio
iberoamericano.
Otra cuestión que señalaba el senador era si se está
contemplando la posibilidad de crear antenas o distintas representaciones
donde la Secretaría General pudiese encontrar apoyo y, por lo tanto,
seguimiento de algunas de las funciones o competencias de trabajo y el
futuro desarrollo de las actividades de la Secretaría General.
Eso está todavía en formación. Va a corresponder
al secretario general el proponer o llevar a la práctica ese tipo
de decisiones. Pero ya hay una que está más o menos configurada,
que es, a petición del presidente de la Comunidad Autónoma
de Canarias, que se abriese una sede sobre la cooperación en materia
turística iberoamericana en esa comunidad. El secretario general
ha acogido la idea con satisfacción, y se están manteniendo
conversaciones entre la Comunidad Autónoma de Canarias y la Secretaría
General. Ese sería un ejemplo de otros que pudiesen surgir, sin
olvidar que no todo tiene que estar en España sino que también
hay otro lado del Atlántico, y sería bueno para mantener
ese equilibrio y esa corresponsabilidad entre las dos fachadas del mar
que hubiera otras instituciones u otros organismos que pudieran acompañar
el trabajo de la Secretaría General.
El tercer punto es sobre la Carta Cultural Iberoamericana, en particular
las poblaciones indígenas y afrohablantes. Creo sinceramente que
esta es una cumbre en la que se recogen esas preocupaciones de manera
más explícita, porque en dicha carta no solamente se habla
de promover sino de proteger, y cuando hay una voluntad de proteger es
que se quiere hacer con todas las consecuencias jurídicas. En ese
sentido se han avanzado muchísimo en cuanto a la preocupación
y el interés por permitir esa diversidad de lenguas, de culturas
y fortalecer ese espacio cultural plural que existe en Iberoamérica
y del que todos estamos a favor. Como sabe el senador, España también
es muy favorable a la ratificación, en esta legislatura, del Convenio
169 de la Organización Internacional del Trabajo, que recoge esta
preocupación sobre los pueblos indígenas, y nosotros, desde
luego, vamos a seguir trabajando en ese sentido.
Sobre partidos con política o políticas sin partidos,
sobre la creación de esos líderes políticos, sobre
cómo podemos favorecer una mayor estabilidad política en
Iberoamérica, sobre cómo vamos a combatir la corrupción,
sobre cómo vamos a crear líderes políticos, debo
decir que esa es una preocupación que se manifestó en distintos
debates, tanto a nivel ministerial como en el de jefes de Estado y de
Gobierno. En ese sentido diré que es verdad que hemos cargado al
secretario general con una enorme responsabilidad y con una agenda extremadamente
ambiciosa, y veremos cómo va atendiéndola y estableciendo
sus prioridades. Pero una de las peticiones y queremos incluir en esa
agenda del nuevo secretario general es precisamente que nos ayude a defender,
a fortalecer toda esa renovación política en Iberoamérica
que permita garantizar los derechos humanos, la institucionalidad política
y la creación de una cultura política democrática
esencial. Para ello, la Fundación Carolina, como sabe su señoría,
cuenta con un programa de nuevos líderes políticos. Va a
avanzar en esa creación con becas, seminarios y cursos. Esa es
una de las prioridades del Gobierno: fortalecer la cultura política
democrática, crear políticos que tengan esa capacidad de
diálogo y respeto al Estado de derecho. Eso es fundamental.
Respecto a Venezuela. Hablaba de Telesur. En ese sentido, una de las
grandes ambiciones que tendría el espacio iberoamericano y una
de las tareas que se han encomendado al secretario general es ver cómo
desde el espacio iberoamericano, desde la propia Secretaría General,
se podría llegar a crear una concertación, una coordinación,
una proyección de una televisión iberoamericana que tuviese
un carácter mucho más plural, mucho más objetivo
que el que muchos piensan que puede tener otro tipo de televisiones. Por
lo tanto, creo que si se lograse avanzar en la creación de una
televisión iberoamericana con el aval, la aportación y la
contribución de todos los países iberoamericanos, esa sería
una respuesta muy buena a la preocupación que su señoría
acaba de manifestar.
El señor ANASAGASTI OLABEAGA:
Señor presidente, si me permite, tengo que ir a la sede del primer
foro iberoamericano; tengo que volver a Bilbao.
El señor PRESIDENTE:
Con sumo gusto, senador Anasagasti, tiene usted la palabra.
El señor ANASAGASTI OLABEAGA:
Muchas gracias, señor presidente.
Señor ministro, respecto a lo que ha comentado sobre su conversación
con el presidente Chávez para la observación de las elecciones,
sabe que el 4 de diciembre se van a celebrar éstas en Venezuela,
por lo que quisiera conocer qué posibilidades hay, de aquí
a esa fecha, de poder ahormar algún tipo de iniciativa al respecto.
En segundo lugar, lamento que no haya estado presente el presidente
de las Cortes Generales en la Cumbre de Salamanca; hubiera sido bueno
que, como consecuencia de la iniciativa de Bilbao, hubiera tenido una
actuación en Salamanca. Si nosotros, como Bilbao, le prestamos
a Salamanca su rector durante muchos años, don Miguel de Unamuno,
hubiera estado muy bien que se hubiese hecho ese esfuerzo.
Respecto a la sede y al centralismo, yo vuelvo a insistir: en este momento
hago una consideración incluso de tipo político. Usted sabe
que todo es política, y mientras existe un gran desencuentro en
Salamanca respecto a sus famosos papeles -que a mí me parece un
horror, porque, a fin de cuentas, esa documentación iba a ser utilizada
para lo que iba a ser utilizada-, sin embargo algo tan importante como
robarles a ellos una sede en Salamanca ha pasado absolutamente desapercibido.
Al senador Castro Rabadán, que es de Salamanca, le pediría
un poco más de cabreo al respecto.
Finalmente, señor ministro, yo recuerdo que en Costa Rica, en
el documento final se hacía una alusión muy específica
a los idiomas de los indígenas, cosa que en esta oportunidad no
ha sido así. La declaración que se ha hecho, a pesar de
lo que don Luis María Puig ha leído, ha sido sólo
de buenas intenciones, muy genéricas, y ojalá se lleven
a la práctica, pero son muy genéricas.
Termino recordándole que no me ha contestado respecto a lo que
yo he dicho de México.
Nada más y muchas gracias.
El señor PRESIDENTE:
Senador Anasagasti, a fin de facilitar su desplazamiento a la ciudad
que nos acogió por primera vez, el señor ministro le contestará
inmediatamente.
Tiene la palabra, señor ministro.
El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES Y
DE COOPERACIÓN (Moratinos Cuyaubé):
Muchas gracias, señor presidente.
Brevemente. En cuanto a la primera pregunta, la iniciativa para poder
ahormar algún tipo de observación internacional sobre las
elecciones en Venezuela ya ha sido asumida por la Unión Europea;
está en marcha. A nivel nacional, ayer en el Congreso de los Diputados
señalé que se está trabajando y, si hay interés
por parte de esta cámara de organizar algún tipo de observación
parlamentaria, se podrá llevar a cabo. Lógicamente, será
una observación que dará lugar a la mayor garantía,
pero la más importante, por los recursos, por la experiencia, por
la tradición, por la exigencia que tienen los equipos de observación,
es la prestada por la Unión Europea. Pero, como digo, estamos totalmente
a favor -lo apoyaremos y lo lograremos sin ninguna dificultad, estoy seguro-
de que, si hay voluntad por parte de las cámaras de estar presentes
como observadores en las elecciones, se haga así.
En segundo lugar, el presidente del Congreso de los Diputados, señor
Marín, estuvo presente en la cena; no estuvo en la sala durante
la cumbre, pero sí estuvo en la cumbre. Hubo una representación,
tanto del presidente Marín como del presidente Rojo, en Salamanca
y tuvieron ocasión de intercambiar opiniones y comunicar con los
Jefes de Estado y de Gobierno; lo que no hubo fue, como ya he dicho en
mi primera intervención, una participación formal en el
debate entre Jefes de Estado y de Gobierno, pero también le he
indicado cuál sería la vía para corregir esa urgencia,
y el Gobierno estaría dispuesto a trabajar en esa dirección.
En tercer lugar, creo que Salamanca estuvo muy orgullosa de acoger la
cumbre. Ha habido un eco y una satisfacción general por parte de
todos en cuanto a la organización; va a haber apoyo a institutos
y centros de estudios iberoamericanos de Salamanca; la ciudad va a seguir
vinculada a todo el espacio iberoamericano, como podrán estarlo
muchas otras ciudades y regiones de España. Vuelvo a insistir en
que la decisión de la sede fue tomada por los Jefes de Estado y
de Gobierno, partiendo de los estatutos que fijaron Madrid como sede,
y no hay que tomarlo en sentido negativo. Madrid puede plenamente acoger
-y así lo ha demostrado en muchas ocasiones- la sede de un organismo
internacional tan importante como es la comunidad iberoamericana.
Puedo decirle que, aparte de los compromisos que se adquieren en la
declaración final, todo es mejorable; que hay que ir avanzando
en los mecanismos de observación y protección de los derechos
humanos -que es una de las prioridades del Gobierno-; que no diferimos
de la preocupación que puede tener su señoría, y
que lo que hace falta es aunar esfuerzos, es decir, de qué manera
y cómo se defienden y se promueven los derechos humanos. Vuelvo
a señalarle que el marco multilateral que tenemos en la comunidad
iberoamericana es el mejor método; que ese método ha funcionado,
por ejemplo, para movilizar a Cuba y a Venezuela en cuestión tan
sensible como la definición del terrorismo o la utilización
de la violencia, y que a través del diálogo, la cooperación
y el mecanismo multilateral es posible obtener resultados positivos en
la defensa de los derechos humanos.
Por tanto, les agradezco a todos ustedes sus intervenciones, y vuelvo
a subrayar que este debate, hoy aquí en el Senado, demuestra que,
aunque es verdad que para mí sería más cómodo
tener una sola comisión, como ha comentado el senador Anasagasti,
en la de hoy me ha demostrado que se puede hablar con mayor profundidad,
con mayor esencia sobre las cuestiones fundamentales y, por tanto, por
el momento, tener dos comisiones puede resultar más enriquecedor.
Nada más y muchas gracias. |