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FALTA DE ASISTENCIA DE LOS PRESOS ENCARCELADOS EN PERU

 

12 de Mayo de 2004

 

PREGUNTA

En el Informativo nocturno de Euskal Telebista del pasado lunes 10 de mayo, se emitió un reportaje realizado desde la cárcel de El Callao en Lima (Perú). En él se narraba la historia desgraciada de una joven pareja de Santurce, encarcelada por habérseles encontrado una cantidad considerable de droga.

Pero en el reportaje, el periodista no sólo informaba sobre la situación de Jon Velilla y su esposa, sino sobre todo, de las condiciones de hacinamiento en la que vivían aquellos presos, destacándose el dato de que de 550 detenidos extranjeros, cien eran españoles.

Estos presos denunciaban cómo en cada celda mantienen encarcelados de quince a veinte personas, cuando dichas celdas están construidas para albergar a cuatro reclusos. Denunciaban asimismo la falta de medicamentos y de atención médica, pero sobre lodo denunciaban con amargura el abandono al que les tiene sometido la embajada española en Lima.

Por todo esto, el Senador que suscribe formula al Gobierno la siguiente pregunta para su contestación por escrito:

¿Cuáles son las razones para que los presos españoles encarcelados en el Perú se quejen de la falta de asistencia de la embajada española?

Palacio del Senado, 12 de mayo de 2004.

--Iñaki Mirena Anasagasti Olabeaga.

RESPUESTA DEL GOBIERNO

La población reclusa española en Perú es la más numerosa de entre las colonias extranjeras (aproximadamente un 20% del total). Además, se está incrementando a un ritmo creciente. A 31 de diciembre de 2000 había 44 presos españoles en Perú, a 31 de diciembre de 2002 eran 76 y, a fecha de hoy, son 108. Por otra parte, la realidad es que las condiciones de los centros penitenciarios peruanos son muy malas, la atención sanitaria es muy deficiente y los penales carecen de recursos básicos para hacer frente a necesidades mínimas; todo lo cual se ve agravado por la superpoblación penitenciaria. A título indicativo se señala que la asignación diaria por detenido para manutención que otorga el Estado peruano es de aproximadamente un dólar por día.

El Consulado de España en Lima dispone en su plantilla de un empleado cuya labor casi exclusiva consiste en ocuparse, bajo la supervisión del Cónsul, de la atención a los presos españoles. El más de un centenar de presos españoles exige un seguimiento de sus expedientes desde el momento en que son detenidos e incluye las visitas periódicas que se hacen a todos los penales de Lima y alrededores con carácter mensual, la atención telefónica a los propios reclusos y a sus familiares, contactos ocasionales con su abogados, así como el seguimiento de los reclusos que se encuentran fuera de Lima mediante el contacto telefónico con ellos y con las personas (generalmente religiosos españoles) a quienes, a falta de vicecónsules honorarios en las localidades donde se encuentran recluidos, ha habido que recurrir para que realicen las visitas periódicas y entreguen las ayudas.

Dicho funcionario visita mensualmente a todos nuestros detenidos, sin perjuicio de hacerlo en ocasiones con una periodicidad mayor, cuando las circunstancias así lo aconsejan. Con dicha periodicidad mensual se entrega, asimismo, la cantidad que, en concepto de ayuda económica, se adjudica a cada preso y que asciende, en la mayor parte de los casos, al máximo autorizado por la normativa vigente (100 euros mensuales). Es evidente que la finalidad de esta ayuda es complementar la dieta alimenticia, adquirir productos de higiene personal y comprar determinadas medicinas. También se otorgan ayudas extraordinarias para cubrir los tratamientos médicos concretos que los detenidos españoles puedan necesitar.

Hay que tener en cuenta cuando se analizan las quejas de los detenidos españoles en Perú, que muchos de estos detenidos han pasado ya por centros de detención en España donde las condiciones de reclusión, por penosas que sean, son mucho mejores que las que se encuentran en Perú.

Esto conduce a que sus quejas por las deficiencias del sistema penitenciario sean constantes.

Cabe concluir, por tanto, que las quejas de los detenidos se manifiestan más frente a las carencias del sistema penitenciario que frente a la supuesta desatención consular. Las visitas mensuales, la entrega de ayudas económicas, la entrega de correspondencia, libros y paquetes que remiten las familias, la entrega de prensa, etc., son circunstancias de las que queda puntual constancia en el libro de visitas a detenidos, que firman éstos individualmente con ocasión de cada visita que se les hace.

Además se ha conseguido acelerar los procedimientos de indulto por razones humanitarias para cuatro detenidos españoles, indultos que fueron finalmente aprobados con fecha 19 noviembre 2003. Unos meses antes ya se había gestionado con éxito otro indulto, también por razones humanitarias. En la actualidad, el Consulado está haciendo gestiones cerca de la Dirección del Instituto Nacional Penitenciario con el fin de intentar que la política de dispersión de presos que se está llevando a cabo hacia penales del interior del país, no afecte, en la medida de lo posible, a detenidos españoles.

Se hace referencia, asimismo, al caso concreto de dos detenidos vascos, Jon Velilla Baltanas y Vanessa Cejuela Correa, que eran pareja en el momento de ser detenidos (en octubre de 2001), encontrándose ella embarazada. Tras dar a luz, Vanessa Cejuela tuvo a su hijo una temporada con ella y, gracias a la intermediación del Consulado de España en Lima y con la ayuda del abogado que lleva su caso, consiguió el traslado del menor a España, donde ha quedado al cuidado de su abuela paterna.

No se puede culpar al Consulado ni a las autoridades españolas de las malas condiciones de los establecimientos penitenciarios peruanos, que no son sino reflejo de la mala situación económica del país y de las malas condiciones de vida que aquejan a un elevadísimo porcentaje de la población de Perú.

Madrid, 3 de junio de 2004.

--El Secretario de Estado de Relaciones con las Cortes.