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  Conversaciones sobre Jose Antonio Aguirre
 

Este libro no es una biografía de José Antonio Agine. Es simplemente una recopilación de testimonios, algunos escri-tos con anterioridad, otros pedidos expresamente, con el fin de acercarnos al conocimiento de la personalidad y la obra política de quien fuera el primer Lendakari del Gobierno vasco.
Las opiniones son varias. He buscado un enfoque plural para no limitar las mismas al campo nacionalista. De ahí los comentarios tan valiosos de Indalecio Prieto, José María Areilza, Santiago Aznar, Tellagorri, Juan Astigarrabíay varios más que coinciden, desde planteamientos políticos distintos, en destacar la gran calidad humana de Agirre y su capacidad para el liderazgo. Y eso es importante. Cuando un hombre suscita desde todos los ángulos de vista respeto y ad-miración, significa que lo hizo bien, se entregó a su tarea y fue respetuoso con el adversario. Creo que estos son valores que deben ser destacados en una sociedad como la actual donde muchas veces las habilidades para engañar o la dureza despiadada son ejemplos puestos a imitar.

Por este motivo el objetivo de este libro no es otro que recordar a José Antonio. Decir a tantos que no le conocimos por la edad, que existió un hombre que representó en su tiempo las aspiraciones vascas de su época como resumía con una frase Ajuriaguerra su juicio sobre Agine, y que aquel hombre solo tuvo como pasión, la libertad de su pueblo.

El trabajo no tiene otras pretensiones. Puede resultar en algún momento reiterativo. Puede parecer que faltan muchas y autorizadas opiniones. Es verdad. Trataremos de subsanarlo en un futuro. Pero este era el libro posible de editar en este momento. Un trabajo más elaborado y completo requiere tiempo y dedicación. Debo señalar que al recabar un juicio sobre Agirre de quien fuera su Consejero en representación del P.C., Juan Astigarrabía me comentó con cierta extrañeza lo que consideraba un silencio injusto sobre el Lendakari a quien él había conocido y respetado. Ese comentario me movió a remover una carpeta que tenía esperando su oportunidad para trabajar en ella. En esa carpeta tenía algunos de los trabajos que aquí aparecen. Los puse en cierto orden, pedí algunos comentarios para publi-car y añadí fotografías. El producto lo tiene en sus manos.

Recordando a José Antonio Agirre rendimos homenaje a una generación que luchó por un ideal, y se sintió repre-sentada por su Lendakari, en momentos en los que, ante el enemigo común, las fuerzas políticas y sociales vascas traba-jaron al unísono, porque quienes lo conocieron dicen que lo mejor de José Antonio era el hondo sentido humano que lle-naba su ser, su cordialidad abierta y generosa, su capacidad de sentir, de querer y de amar.
Por todo ello de Agirre nos queda el ejemplo de su entu-siasmo, su optimismo y fe en el hombre, la verticalidad de su conducta y su acendrado nacionalismo puesto al servicio de una causa democrática. Así era el hombre y así era el político. Que hablen ahora quienes le conocieron.
Iñaki Anasagasti.