A finales de marzo de 1937, el Ejército franquista
se prepara para el asalto final a Vizcaya. El general Mola cuenta con
una potente infantería y, sobre todo, una superioridad aplastante
en artillería y aviación. Y a pesar de ello, los combatientes
vascos logran resistir durante más de dos meses. La aviación
rebelde bombardea Durango, Amorebieta, Guernica, Bilbao... causando
miles de bajas, sobre todo, entre la población civil. Por otro
lado, este hecho va a determinar que el Gobierno Vasco decida su evacuación.
Pero, paralelamente a la ofensiva, van a aparecer una
serie de conflictos entre las fuerzas políticas que defienden
la legalidad republicana en Euskadi, y entre el Gobierno Vasco y las
autoridades republicanas. Unos critican la forma en que Aguirre —y
los nacionalistas en general— había llevado la guerra.
Incluso acusarán a los consejeros —socialistas y comunistas,
sobre todo— de connivencia con elPNV. Los nacionalistas se lamentan
de que la República ha abandonado a Euskadi a su suerte.
El fin se acerca y el Gobierno Vasco se reúne
para tomar una decisión. Estamos en junio de 1937. Junto a los
políticos, están presentes los mandos militares y los
asesores soviéticos. Los temas a tratar son, fundamentalmente,
tres: la evacuación del Gobierno hacia una zona más segura,
el traslado de algunas industrias hacia Asturias y Santander y la destrucción
del resto según una propuesta del ministro de Defensa republicano,
Indalecio Prieto. Las dos primeras son aprobadas, no así la tercera
lo que dará lugar a serias discrepancias.
Lo anteriormente señalado va a dar lugar, amén de la polémica
política en su día, a otra de carácter histórico
que llega hasta nuestros días.
El Gobierno Vasco se instala, durante unas semanas
en la localidad vizcaína de Trucíos, limítrofe
con Santander Varios consejeros se trasladan a Valencia con diferentes
propuestas. Algunas voces reclamaban la presencia del presidente de
la República y del ministro de Defensa en Cantabria para comprobar
la situación. José Antonio de Aguirre propone -y esta
es una idea que no abandona en los dos meses siguientes— el traslado
de las tropas vascas a Cataluña para seguir combatiendo en condiciones
de posibilidad. Para él, el Norte está perdido. Por otro
lado, la situación para los refugiados vascos en Santander es
dramática, y las tropas cántabras, como señala
Thomas, aprovechan la mínima oportunidad para desertar o entregarse.
Paralelamente, los dirigentes nacionalistas han venido
realizando diferentes intentos de llegar a una paz por separado. Hay
que señalar que estos intentos tienen distintos orígenes
y protagonistas. El acuerdo definitivo lo protagoniza Juan de Ajuriaguerra,
presidente del Bizkai Buru Batzar (Consejo Regional de Vizcaya) del
PNV, que firma un pacto con el general italiano Mancini, en el que se
estipulan una serie de condiciones y garantías, sobre todo, para
los dirigentes políticos y mandos militares. Entre los días
25 y 26 de agosto de 1937, se consuma la entrega de los Batallones nacionalistas.
Los italianos no cumplen su parte del pacto, fundamentalmente, porque
los franquistas no les dejan. El Euzkadi Buru Batzar (Consejo Nacional)
del PNV se había entregado —excepto su presidente Ciaurriz,
que es obligado a salir— junto a las tropas. Sus miembros serán
condenados a muerte y uno de ellos -el guipuzcoano Markiegi-, fusilado.
Aguirre conoce la existencia del «pacto»
(que pasará a la historia como «de Santoña»)
cuatro días antes de que éste se consuma, cuando los batallones
comienzan a concentrarse en el sector Santoña-Laredo. Como veremos,
a partir de entonces solo le queda conseguir que éste se cumpla.
Algunos pormenores del «Pacto de Santoña»
y de otros intentos de paz por separado han ido apareciendo, a lo largo
de os últimos diez años, en las obras de Payne («El
nacionalismo Vasco», 1974), Ibarzabal («50 años de
Nacionalismo Vasco», 1978) Moran («Los españoles
que dejaron de serlo», 1981» y la más reciente e
importante, por su contenido documental, de Alberto Onaindia («El
Pacto de Santoña», 1984). A pesar de todo aún no
se ha escrito la historia definitiva de este acontecimiento que, al
igual que otros que hemos reseñado anteriormente, siguen siendo
motivo de polémica entre investigadores de nuestro pasado reciente.
Nuestra historia, sin embargo, comienza a partir del
«Pacto de Santoña» y pretende, en primer lugar y
sobre todo, dar a conocer un período prácticamente inédito
para la mayoría. Es un periodo oscuro, marcado por la derrota
y sucesivos exilios. Para recomponerlo, hemos utilizado, fundamentalmente,
fuentes documentales inéditas, procedentes de varios archivos
públicos y privados de Europa y América.
En este sentido, nuestro agradecimiento a Juan Carlos
Jiménez de Aberasturi. del Centro de Documentación de
Historia Contemporánea del País Vasco, a Juan Ramón
Aguirre, del Archivo de la Comunidad Benedictina de Lazkao, a la Familia
de Santiago Aznar, a los archiveros de la Generalitat de Catalunya y
Fundación Pablo Iglesias, a los responsables del Archivo Histórico
del PNV, a Áurea Pérez Echeverría (viuda del consejero
Juan Gracia, del PSOE). Juan Astigarrabia, Pedro de Basaldua, Juan Manuel
Epalza, José Antonio de Duranona y Jesús Mana de Leizaola,
y a todos aquéllos que han guarado documentos a lo largo de los
últimos cuarenta años y nos los han proporcionado con
este fin. Sin la ayuda de todos ellos, no hubiera sido posible la elaboración
de este libro.
Bilbao, junio de 1985
El índice de los temas que trata el libro es
el siguiente:
INTRODUCCIÓN
1. EL GOBIERNO VASCO TRAS EL «PACTO DE
SANTOÑA»
La política de canjes
El Gobierno Vasco y la evacuación de Asturias
Las reacciones al «Pacto de Santoña»
Los comunistas: la expulsión de Astigarrabia
La reacción de los vascos
2. LOS VASCOS Y LAS RELACIONES INTERNACIONALES.
LA CRISIS DE FRANCIA
Los intelectuales franceses y el caso vasco
La crisis francesa
Los vascos llegan a Francia
La Liga Internacional de Amigos de los Vascos
3. LA EMIGRACIÓN MASIVA
La recepción de los refugiados
La asistencia sanitaria en Francia
Vascos en Cataluña
Euzko Anaitasuna
Trabajo y repatriación
Hacia América
4. LA PERSECUCIÓN EN FRANCIA
Lequerica, embajador franquista en París
Ybarnegaray contra Aguirre
A Gurs
Las extradiciones
En «zona libre»
5. EL CENTENARIO DE LA ABOLICIÓN FORAL
Vascos y catalanes ante la crisis de los súdeles
Una movilización masiva contra el franquismo
Surgen fricciones
6. LOS VASCOS ANTE EL DESMORONAMIENTO DE LA
REPÚBLICA
El «negrinismo» de Aguirre
La definitiva dimisión de Irujo
El Ministerio de Tomás Bilbao y la minicrisis vasca
El final de la guerra en la Península
6. EL PROBLEMA DE LA OBEDIENCIA VASCA
La reacción de los socialistas
EÍ documento Aznar
La vía «negrinista»
El CCSE acepta las condiciones
La reacción de Indalecio Prieto
7. LA DESAPARICIÓN DEL PRESIDENTE AGUIRRE
El imparable avance alemán
Salida de La Panne
Gestiones en París y en América
Aguirre regresa a Bélgica
De Berlín a Nueva York
8. EL CONSEJO NACIONAL VASCO
Contactos con el Foreing Office
Un pacto con el Consejo de la Francia Libre
Los fusileros vascos
La disolución
BIBLIOGRAFÍA