Página Principal
Actualidad
Crónica Parlamentaria
Artículos
Viajes, Encuentros y Política Exterior
Semblanzas
De Aquí y De Allá
Cartas
Historia
Fotografías
Conferencias
Libros
La Situación de Venezuela
Documentos
Preguntas al Gobierno
Artículos Publicados en DEIA
Agenda
Vínculos de Interés
Correo electrónico
 
 
 

 
 

ACTIVIDAD PARLAMENTARIA DE LAS DIPUTADAS Y SENADORAS EN LA LEGISLATURA CONSTITUYENTE

 

Enero de 2006

 

En la Orden del Ministerio de Presidencia 525/2005, de 7 de marzo, por la que se da publicidad al acuerdo de Consejo de Ministros por el que se aceptan medidas para favorecer la igualdad entre mujeres y hombres, hay un anexo en cuyo apartado número 4, dedicado a la investigación, figura el acuerdo para promover la coedición de un libro entre el Ministerio de la Presidencia y las Cortes Generales para dar a conocer la actividad parlamentaria de las mujeres que fueron diputadas y senadoras en la primera legislatura de la democracia.

De acuerdo con el mismo la Red Feminista de Derecho Constitucional ha confeccionado el siguiente proyecto por si fuera de interés para llevar a cabo la investigación sobre la actividad parlamentaria de las mujeres que fueron diputadas en la I Legislatura de la democracia, que se propone en la mencionada Orden.

JUSTIFICACIÓN

La relación de las mujeres con el poder ha distado mucho de ser pacifica, desde el origen de la democracia en Grecia en la que se les negaba la cíudadania a las mujeres, al igual que se les negó en la refundación roussoniana de la democracia, pasando por las vicisitudes de la concesión del derecho al voto y por las diferencias en la ley y en la aplicación de la ley en cuanto al goce de los derechos, las mujeres no han sido tratadas por el Derecho igual que los hombres, no han sido consideradas sujetos de derecho en pié de igualdad (Sevilla: 2004)

Es después de la II Guerra Mundial, al tratar de reorganizar la comunidad internacional cuando se aprueban las Declaraciones de derechos, se renuevan las constituciones de los Estados y se incorpora al ámbito politíco la preocupación de la de desigualdad de las mujeres (Sevilla: 2004).

En España este proceso se manifiesta mucho después, en los años setenta el movimiento feminista comienza a tomar fuerza y es en el año 1975 cuando aparece como tal a nivel estatal, hasta entonces era un movimiento clandestino, con la celebración de las jornadas nacionales por la liberación de la mujer (Madrid, diciembre de 1975), a las que le siguen las jornadas de Barcelona y Granada. La aparición publica del movimiento feminista coincidió
con la Declaración de la ONU del Año Internacional de la Mujer sirviendo éste, en alguna medida, de apoyo y soporte al menos para condicionar la opinión püblica (Ventura: 1999).

La situación en nuestro país era completamente diferente al resto de paises donde se daban este tipo de movimientos, tanto en Europa como EEUU; aquí era dificil delimitar la lucha por los derechos de la mujer de la lucha antifranquista, la mayoría de mujeres que formaban parte del movimiento feminista militaban en partidos políticos e incluso algunos de ellos tenian su propia organización especifica para mujeres. Esta vinculación obstaculizaba la propia autonomía del movimiento fenrinista imposibilitando tener un programa propio y actuaciones independientes, lo que, en el tiempo que se mantuvo el régimen creó algunos problemas que se incrementaron en la transición política (Ventura: 1999)

Es importante resaltar que el movimiento feminista desempeñó un importante papel en las elecciones a Cortes Constituyentes no tanto por su presencia en candidaturas si no fundamentalmente por la presión que ejerció en los partidos políticos, a través de la mujeres que practicaban una doble militáncia y, por supuesto, las reivindicaciones y criticas que realizadas por el movimiento feminista hizo que los partidos incluyeran en sus programas algunas de estas reivindicaciones (Ventura: 1999)

La Legislatura Constituyente reviste especial singularidad, tanto porque en ella se debatió y aprobó la segunda Constitución democrática de nuestra historia constitucional, como por las circunstancias históricas en las que se desarrolló esta Legislatura. Asi lo reconocieron todas aquellas personas que, bien desde el campo de la investigación o desde el campo de la política activa, estudiaron y contemplaron el desarrollo de la transición en España.

Saber que papel ocuparon las mujeres en esa etapa reviste especial interés y trascendencia, porque si comparamos la situación de la creciente igualdad que viven las mujeres en España no podemos dejar de reconocer que
fueron estas primeras mujeres, junto a la presión del movimiento feminista, que de alguna manera protagonizaron la transición las que en buena medida son alumbradotas de la situación actual. Entre ellas el lugar que ocupan las mujeres que formaron parte de las listas electorales y que lograron adquirir un escaño en el Congreso o en el Senado constituyen una fuente muy valiosa de información tanto desde el punto de vista de su actividad como parlamentarias como desde la propia esfera personal en la que son duda se fraguaron las circunstancias que las llevaron a ocupar este papel protagonista.

Bien es sabido que la influencia de un colectivo (masa critica) pasa porque en el mismo se cuente con al menos el 30% del total por lo que no se alcanzaba ni de lejos en la Legislatura Constituyente esta cifra. Sin embargo, si de la influencia como grupo no reunía las condiciones requeridas, y como hemos dicho mas arriba, también se puede apuntar que las mujeres que en número tan reducido logran superar la selección de un partido, deben reunir requisitos singulares para esta promoción aunque con posterioridad su papel se diluyese en el conjunto.

Resaltar la diferencias entre hombres y mujeres no debe hacernoS apartax la mirada de las muchas similitudes que las mujeres comparten con los ho:rnbres, la principal de ellas el ideario político. Podríamos aventurar que las mujeres comparten el modelo total al que aña.den el especifico que deriva de su diferente experiencia vital él la que muchas veces se ven reducidas, bien porque los hombres acaparan lo general, bien porque es el espacio en el que las situan, bien porque sólo ellas lo viven como propio y, por tanto, sino lo plantean no existe en el programa, debate, etc.

No cabe duda que en estos momentos existe una conciencia colectiva acerca del derecho que tienen las mujeres a participar en los asuntos públicos y a ocupar puestos de representación, a lo que sin duda ha contribuido de manera preferente la aprobación de las cuotas en algunos partidos politicos y la voluntad política de las distintas Presidencias de Gobierno que han ido promoviendo designando mujeres para ocupar Ministerios, destacando la constitución, por primera vez en la historia, de un Gobierno paritario, lo que sin duda tiene una repercusión de carácter simbólico muy trascendente. Sin embargo en la época en las que estamos hablando a penas había comenzado en la comunidad intemacional las reflexiones sobre los derechos de las mujeres. No podemos olvidar que la primera Conferencia Internacional de la Mujer acababa de celebrarse en la ciudad de México, en 1975, de la cual partiría la década de las Naciones Unidas y, con posterioridad, los textos en los que se abordaba la importancia que tiene para la democracia la presencia de mujeres en los puestos de representación. Pero, como decimos, en los años de la transición española todavía no se había adquirido esa conciencia internacional tanto en la esfera internacional, como en la de la Unión Europea, ni mucho menos en la española, de la importancia de que existieran mujeres en las Asambleas Legislativas.

De otro lado, no podemos obviar el hecho de la recentísima situación dictatorial, cuya larga duración propició y alimentó una concepción complementaria y subordinada de las mujeres a los hombres (restablecimiento del Código Civil de 1889, derogación del matrimonio civil y del divorcio, papel de la iglesia, educación, trabajo ...). Cuando se convocan las elecciones de junio de 1977, Y las españolas pueden votar y ser votadas, todavía no han transcurrido siquiera dos años desde la eliminación legal de la licencia marital. La falta de reconocimiento de las mujeres como sujetos de derecho durante un periodo tan dilatado (recordemos que la plena capacidad jurídica de las mujeres tiene lugar en plena guerra civil) tuvo también sus consecuencias inmediatas en ese tiempo, incluso subsistiendo en la actualidad.

1. ­Por ello es importante, en primer lugar, tratar el contexto histórico en el que se desenvolvió la transición espaftola y las primeras elecciones deroocraticas.

2.­ En segundo lugar tendríamos que analizar las primeras elecciones democrá.ticas, las listas de los principales partidos que se presentaron, el lugar que las mujeres ocupaban en esas listas y, si ello es posible (por la documentación), las referencias a los derechos y necesidades de las mujeres que figuraban en esos primeros programas electorales. En esta parte, como un segundo apartado, habría que analizar qué lugar ocupan las mujeres en el Parlamento, a qué grupos parlamentarios se adscriben, en qué comisiones participan, cómo estaban formados los órganos dirigentes de las Camaras (Presidencia, Mesa del Congreso y del Senado, Mesas de las respectivas comisiones), qué temas parlamentarios se debatieron en esta Legislatura.

3.­En tercer lugar entraríamos en el trabajo parlamentario de las mujeres, diferenciando lo que son los debates de la Constitución propiamente dichos de los otros temas que pudieron ser abordados tanto en Ponencia, como en Comisión y en Pleno. En cada uno de ellos habría que destacar lo que es en sí el objeto de esta investigación, que es la actividad parlamentaria de las mujeres en esta Legislatura, diferenciando sus intervenciones en cada una de las iniciativas que se desarrollan en las Camara (A saber, la Función Legislativa, la Función Presupuestaria y la Función de Control). Asimismo sería interesante adjuntar un anexo con las intervenciones diferenciadas de estos campos, esto es, si firmaron alguna iniciativa bien como primer firmante o bien formando parte de las firmas necesarias para una iniciativa concreta de las Proposiciones no de ley, Preguntas, Interpelaciones, etc., resaltando aquellas en las que las Diputadas y Senadoras ocuparon el lugar de titulares de la iniciativa.

4. En cuarto lugar, conocer la biografia, tanto política como personal, de las mujeres que conformaron esta Primera Legislatura Constituyente, ya que la participación política se produce en tres espacios diferenciados: en los organismos elegidos dominados por los partidos políticos legitimados por las Constituciones y por el procedo democrático; en organismos corporativos dominados por organizaciones económicas y dedocracias públicas legitimadas por la costumbre; y, finalmente, en los movimientos políticos y ciudadanos caracterizados por actividades políticas ad hoc, orientados hacia otros temas. No escapa a esta diferenciación el que son también distintas las oportunidades de que las mujeres logren el poder en estos escenarios, es el espacio político de los movimientos sociales donde las mujeres son las participantes más activas, mientras que en el área de poder institucional su participación, en nuestro caso no existía experiencia, pero en general ha. sido muy reducida. Por ello para situar a las mujeres en este contexto es necesario llevar a cabo un análisis sobre las relaciones de las mujeres con el poder político, lo que requiere el conocimiento de la estructura y características de la elite política, pero especialmente de las mujeres que han llegado a esa elite.

Si antes hemos dicho que el efecto simbólico que tiene el Gobierno paritario promovido por el Presidente Rodríguez Zapatero, también es significativo en este mismo orden simbólico la historia de las mujeres que ocuparon un escaño en el Parlamento que es la institución que asume la soberanía del pueblo español. Por eso proponemos llevar a cabo una entrevista personal del tenor de la que figura en el Anexo y que proponemos a modo ejemplo.