En la Orden del Ministerio de Presidencia 525/2005, de 7 de marzo, por
la que se da publicidad al acuerdo de Consejo de Ministros por el que
se aceptan medidas para favorecer la igualdad entre mujeres y hombres,
hay un anexo en cuyo apartado número 4, dedicado a la investigación,
figura el acuerdo para promover la coedición de un libro entre
el Ministerio de la Presidencia y las Cortes Generales para dar a conocer
la actividad parlamentaria de las mujeres que fueron diputadas y senadoras
en la primera legislatura de la democracia.
De acuerdo con el mismo la Red Feminista de Derecho Constitucional ha
confeccionado el siguiente proyecto por si fuera de interés para
llevar a cabo la investigación sobre la actividad parlamentaria
de las mujeres que fueron diputadas en la I Legislatura de la democracia,
que se propone en la mencionada Orden.
JUSTIFICACIÓN
La relación de las mujeres con el poder ha distado mucho de ser
pacifica, desde el origen de la democracia en Grecia en la que se les
negaba la cíudadania a las mujeres, al igual que se les negó
en la refundación roussoniana de la democracia, pasando por las
vicisitudes de la concesión del derecho al voto y por las diferencias
en la ley y en la aplicación de la ley en cuanto al goce de los
derechos, las mujeres no han sido tratadas por el Derecho igual que los
hombres, no han sido consideradas sujetos de derecho en pié de
igualdad (Sevilla: 2004)
Es después de la II Guerra Mundial, al tratar de reorganizar la
comunidad internacional cuando se aprueban las Declaraciones de derechos,
se renuevan las constituciones de los Estados y se incorpora al ámbito
politíco la preocupación de la de desigualdad de las mujeres
(Sevilla: 2004).
En España este proceso se manifiesta mucho después, en
los años setenta el movimiento feminista comienza a tomar fuerza
y es en el año 1975 cuando aparece como tal a nivel estatal, hasta
entonces era un movimiento clandestino, con la celebración de las
jornadas nacionales por la liberación de la mujer (Madrid, diciembre
de 1975), a las que le siguen las jornadas de Barcelona y Granada. La
aparición publica del movimiento feminista coincidió
con la Declaración de la ONU del Año Internacional de la
Mujer sirviendo éste, en alguna medida, de apoyo y soporte al menos
para condicionar la opinión püblica (Ventura: 1999).
La situación en nuestro país era completamente diferente
al resto de paises donde se daban este tipo de movimientos, tanto en Europa
como EEUU; aquí era dificil delimitar la lucha por los derechos
de la mujer de la lucha antifranquista, la mayoría de mujeres que
formaban parte del movimiento feminista militaban en partidos políticos
e incluso algunos de ellos tenian su propia organización especifica
para mujeres. Esta vinculación obstaculizaba la propia autonomía
del movimiento fenrinista imposibilitando tener un programa propio y actuaciones
independientes, lo que, en el tiempo que se mantuvo el régimen
creó algunos problemas que se incrementaron en la transición
política (Ventura: 1999)
Es importante resaltar que el movimiento feminista desempeñó
un importante papel en las elecciones a Cortes Constituyentes no tanto
por su presencia en candidaturas si no fundamentalmente por la presión
que ejerció en los partidos políticos, a través de
la mujeres que practicaban una doble militáncia y, por supuesto,
las reivindicaciones y criticas que realizadas por el movimiento feminista
hizo que los partidos incluyeran en sus programas algunas de estas reivindicaciones
(Ventura: 1999)
La Legislatura Constituyente reviste especial singularidad, tanto porque
en ella se debatió y aprobó la segunda Constitución
democrática de nuestra historia constitucional, como por las circunstancias
históricas en las que se desarrolló esta Legislatura. Asi
lo reconocieron todas aquellas personas que, bien desde el campo de la
investigación o desde el campo de la política activa, estudiaron
y contemplaron el desarrollo de la transición en España.
Saber que papel ocuparon las mujeres en esa etapa reviste especial interés
y trascendencia, porque si comparamos la situación de la creciente
igualdad que viven las mujeres en España no podemos dejar de reconocer
que
fueron estas primeras mujeres, junto a la presión del movimiento
feminista, que de alguna manera protagonizaron la transición las
que en buena medida son alumbradotas de la situación actual. Entre
ellas el lugar que ocupan las mujeres que formaron parte de las listas
electorales y que lograron adquirir un escaño en el Congreso o
en el Senado constituyen una fuente muy valiosa de información
tanto desde el punto de vista de su actividad como parlamentarias como
desde la propia esfera personal en la que son duda se fraguaron las circunstancias
que las llevaron a ocupar este papel protagonista.
Bien es sabido que la influencia de un colectivo (masa critica) pasa
porque en el mismo se cuente con al menos el 30% del total por lo que
no se alcanzaba ni de lejos en la Legislatura Constituyente esta cifra.
Sin embargo, si de la influencia como grupo no reunía las condiciones
requeridas, y como hemos dicho mas arriba, también se puede apuntar
que las mujeres que en número tan reducido logran superar la selección
de un partido, deben reunir requisitos singulares para esta promoción
aunque con posterioridad su papel se diluyese en el conjunto.
Resaltar la diferencias entre hombres y mujeres no debe hacernoS apartax
la mirada de las muchas similitudes que las mujeres comparten con los
ho:rnbres, la principal de ellas el ideario político. Podríamos
aventurar que las mujeres comparten el modelo total al que aña.den
el especifico que deriva de su diferente experiencia vital él la
que muchas veces se ven reducidas, bien porque los hombres acaparan lo
general, bien porque es el espacio en el que las situan, bien porque sólo
ellas lo viven como propio y, por tanto, sino lo plantean no existe en
el programa, debate, etc.
No cabe duda que en estos momentos existe una conciencia colectiva acerca
del derecho que tienen las mujeres a participar en los asuntos públicos
y a ocupar puestos de representación, a lo que sin duda ha contribuido
de manera preferente la aprobación de las cuotas en algunos partidos
politicos y la voluntad política de las distintas Presidencias
de Gobierno que han ido promoviendo designando mujeres para ocupar Ministerios,
destacando la constitución, por primera vez en la historia, de
un Gobierno paritario, lo que sin duda tiene una repercusión de
carácter simbólico muy trascendente. Sin embargo en la época
en las que estamos hablando a penas había comenzado en la comunidad
intemacional las reflexiones sobre los derechos de las mujeres. No podemos
olvidar que la primera Conferencia Internacional de la Mujer acababa de
celebrarse en la ciudad de México, en 1975, de la cual partiría
la década de las Naciones Unidas y, con posterioridad, los textos
en los que se abordaba la importancia que tiene para la democracia la
presencia de mujeres en los puestos de representación. Pero, como
decimos, en los años de la transición española todavía
no se había adquirido esa conciencia internacional tanto en la
esfera internacional, como en la de la Unión Europea, ni mucho
menos en la española, de la importancia de que existieran mujeres
en las Asambleas Legislativas.
De otro lado, no podemos obviar el hecho de la recentísima situación
dictatorial, cuya larga duración propició y alimentó
una concepción complementaria y subordinada de las mujeres a los
hombres (restablecimiento del Código Civil de 1889, derogación
del matrimonio civil y del divorcio, papel de la iglesia, educación,
trabajo ...). Cuando se convocan las elecciones de junio de 1977, Y las
españolas pueden votar y ser votadas, todavía no han transcurrido
siquiera dos años desde la eliminación legal de la licencia
marital. La falta de reconocimiento de las mujeres como sujetos de derecho
durante un periodo tan dilatado (recordemos que la plena capacidad jurídica
de las mujeres tiene lugar en plena guerra civil) tuvo también
sus consecuencias inmediatas en ese tiempo, incluso subsistiendo en la
actualidad.
1. Por ello es importante, en primer lugar, tratar el contexto histórico
en el que se desenvolvió la transición espaftola y las primeras
elecciones deroocraticas.
2. En segundo lugar tendríamos que analizar las primeras
elecciones democrá.ticas, las listas de los principales partidos
que se presentaron, el lugar que las mujeres ocupaban en esas listas y,
si ello es posible (por la documentación), las referencias a los
derechos y necesidades de las mujeres que figuraban en esos primeros programas
electorales. En esta parte, como un segundo apartado, habría que
analizar qué lugar ocupan las mujeres en el Parlamento, a qué
grupos parlamentarios se adscriben, en qué comisiones participan,
cómo estaban formados los órganos dirigentes de las Camaras
(Presidencia, Mesa del Congreso y del Senado, Mesas de las respectivas
comisiones), qué temas parlamentarios se debatieron en esta Legislatura.
3.En tercer lugar entraríamos en el trabajo parlamentario
de las mujeres, diferenciando lo que son los debates de la Constitución
propiamente dichos de los otros temas que pudieron ser abordados tanto
en Ponencia, como en Comisión y en Pleno. En cada uno de ellos
habría que destacar lo que es en sí el objeto de esta investigación,
que es la actividad parlamentaria de las mujeres en esta Legislatura,
diferenciando sus intervenciones en cada una de las iniciativas que se
desarrollan en las Camara (A saber, la Función Legislativa, la
Función Presupuestaria y la Función de Control). Asimismo
sería interesante adjuntar un anexo con las intervenciones diferenciadas
de estos campos, esto es, si firmaron alguna iniciativa bien como primer
firmante o bien formando parte de las firmas necesarias para una iniciativa
concreta de las Proposiciones no de ley, Preguntas, Interpelaciones, etc.,
resaltando aquellas en las que las Diputadas y Senadoras ocuparon el lugar
de titulares de la iniciativa.
4. En cuarto lugar, conocer la biografia, tanto política como
personal, de las mujeres que conformaron esta Primera Legislatura Constituyente,
ya que la participación política se produce en tres espacios
diferenciados: en los organismos elegidos dominados por los partidos políticos
legitimados por las Constituciones y por el procedo democrático;
en organismos corporativos dominados por organizaciones económicas
y dedocracias públicas legitimadas por la costumbre; y, finalmente,
en los movimientos políticos y ciudadanos caracterizados por actividades
políticas ad hoc, orientados hacia otros temas. No escapa a esta
diferenciación el que son también distintas las oportunidades
de que las mujeres logren el poder en estos escenarios, es el espacio
político de los movimientos sociales donde las mujeres son las
participantes más activas, mientras que en el área de poder
institucional su participación, en nuestro caso no existía
experiencia, pero en general ha. sido muy reducida. Por ello para situar
a las mujeres en este contexto es necesario llevar a cabo un análisis
sobre las relaciones de las mujeres con el poder político, lo que
requiere el conocimiento de la estructura y características de
la elite política, pero especialmente de las mujeres que han llegado
a esa elite.
Si antes hemos dicho que el efecto simbólico que tiene el Gobierno
paritario promovido por el Presidente Rodríguez Zapatero, también
es significativo en este mismo orden simbólico la historia de las
mujeres que ocuparon un escaño en el Parlamento que es la institución
que asume la soberanía del pueblo español. Por eso proponemos
llevar a cabo una entrevista personal del tenor de la que figura en el
Anexo y que proponemos a modo ejemplo.
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