Los periodistas del Congreso
y del Senado tienen una asociación que se llama APP (Asociación
de Periodistas Parlamentarios). Entre sus actividades una llama la atención.
En diciembre, esponsorizados por grandes empresas, entregan, en una cena
de gala, una serie de premios. Al más trabajador, al mejor orador,
al que mantiene mejores relaciones con la prensa, a la pregunta más
ingeniosa, al azote del gobierno, al azote de la oposición, al
diputado revelación, etc.
A mí me han dado en tres ocasiones premios de estos, y, en otras
tres, accesit. Digo esto para que se entienda la carta que firmamos el
año pasado, dirigida a la APP los que habíamos sido nominados
por parte del Senado. La carta es lo suficientemente expresiva par ahorrarme
la explicación. Decía así:
Madrid, 30 de noviembre de 2004
Estimados amigos:
Nos informan que hemos sido nominados para el Premio “Senador
del Año”, cuya entrega se efectuará el próximo
15 de diciembre, nominación que agradecemos y valoramos.
Sin embargo, y habida cuenta que sólo existe este premio para
los 259 senadores y, en aras a evitar enojosas comparaciones, es por
lo que de manera amistosa os solicitamos que evitéis entregar
dicho premio este año. El próximo creemos que se debería
hacer de otra manera y con más equilibrio entre las Cámaras.
Creemos que entenderéis que no se trata ni de menosprecio ni
de falta de valoración hacia vuestro trabajo, sino simple compañerismo
nuestro hacia el resto de los senadores.
Agradeciéndoos vuestra comprensión,
Pío García-Escudero Javier Rojo
Isabel López Aulestia Iñaki Anasagasti
Tras esta misiva la presidenta, María Rey, nos llamó un
millón de veces para arreglar el asunto, pero tanto Rojo como García
Escudero y yo mismo mantuvimos lo que habíamos firmado. No así
Isabel López Aulestia, recién llegada al Senado, sin currículo
para recibir un premio parlamentario pero que, a pesar de haber firmado
la carta, rompió la solidaridad y por esa pequeña vanidad,
que aprovecharon los periodistas, estuvo en el Palace recibiendo su inmerecido
premio, cosa que nos extrañó, pues la senadora de EB-IU
es persona seria, trabajadora y buena gente. Aquello no ilustró
sobre el punto al que puede llegarse hasta en estas minucias con IU.
COMIDA EN EL SENADO
Así las cosas, el tema seguía siendo recurrente y como
en este año el Senado ha tenido un mayor protagonismo por la Conferencia
de Presidentes, el control al gobierno y, sobre todo, el hecho de que
en el Senado la mayoría no la tiene el PSOE, sino el PP, había
que hacer algo pues diciembre se acerca y la cena de marras también.
El caso es que me notificaron que el pasado jueves 20 de octubre había
un almuerzo con la APP, y allí fui. Por la Mesa del Senado estaba
el presidente Rojo, el vicepresidente Lucas, el secretario Caneda y quien
esto firma. Por la APP, su presidente María Rey y directivos de
la Asociación: de Europa Press, de Catalunya Radio, del El Mundo,
de una radio valenciana etc. Y se volvió a plantear la cuestión.
Mientras los senadores decían que la APP no daba premios al Senado
porque los periodistas no van nunca a sus sesiones, no conocen a los senadores
y lo mejor sería que se los diesen todos a los diputados, la APP
argumentaba que sus votaciones son democráticas y sale lo que sale
porque la política está en el Congreso.
Rojo argumentaba, con razón, que no dan premios a los senadores
porque no siguen la vida del Senado, que es también rica aunque
desconocida.
Sin dejar de reconocer esta realidad porque es así, yo, que de
esto se algo, les dije que eso era verdad para las diez personas que son
noticia en el Congreso y nadie lo discute, pero, ¿qué ocurre
con los restantes 340 diputados y 269 senadores que trabajan como hormigas,
van a las comisiones y representan sus circunscripciones?. Y les daba
mi explicación: “Mirad. No existe el periodismo parlamentario.
Existe el periodismo de la bronca, el periodismo que solo informa de los
match de boxeo y eso está bien, pero eso no es periodismo. La noticia
es lo nuevo y lo nuevo solo lo enfocáis si es malo. La vieja máxima
de que es noticia que un hombre muerda a un perro. Y eso no es verdad.
La democracia es un régimen de opinión pública y
la opinión pública solo la alimentáis mayoritariamente
de basura, de rechazo, de insulto. No es noticia la buena noticia. No
fue noticia la Cumbre Parlamentaria de Bilbao. Hubiera sido noticia si
en lugar de salir bien hubiera sido una castaña, o ETA hubiera
puesto una bomba o nos hubiéramos pegado entre nosotros. Como salió
bien, ni una letra. Y eso es un fraude al lector y al oyente, que también
quiere saber y que le cuenten cosas agradables. Yo se que vosotros no
sois los responsables, porque lo son los dueños de vuestros medios
que os pagan una miseria, pero esto es así. Y no me vengáis
con que el Senado no existe porque la misma capacidad de control al gobierno,
la misma, la tiene el Congreso como el Senado. Lo contrario es una milonga.
Lo que ocurre es que no hay un verdadero periodismo parlamentario, solo
hay un periodismo de cupos y de bronca y eso es un mal periodismo”.
Se pueden imaginar que el debate fue de lo más animado porque
les argumentábamos que la vida no se agotaba en el Estatut, y los
careos Zapatero-Rajoy. ¿Y el carnet por puntos, y el divorcio Express,
y el fumar o no, y tantos y tantos debates de todo tipo a todas horas
que ni existen?.
Conclusión.
Que hagan de la APP lo que quieran, porque nosotros en lugar de esperar
recibir premios de los periodistas, le vamos a dar la vuelta a la cuestión.
La Mesa del Senado se lo va a dar a ellos y a tal efecto vamos a sacar
del armario el premio Carandell, instituido por Esperanza Aguirre en su
día, para hacer las cosas bien y de otro modo y por todo lo alto.
Carandell fue un ingenioso y agudo periodista parlamentario ya fallecido,
que seguramente ustedes recordarán.
Vamos a ver si así resucitamos a los Carandell que debe haber
por ahí y se deje de hacer ese periodismo de bronca y de cupo,
que distorsiona la realidad.
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