El 8 de febrero de 2006 se
vio en el Pleno del Senado una iniciativa de CiU sobre posibles medidas
compensatorias a aquellos ciudadanos ex residentes en la antigua colonia
de Guinea Ecuatorial cuando ésta era una provincia de España.
La proposición salió adelante pese al voto en contra del
partido socialista. La historia es la siguiente:
En el mes de febrero de 1969, el Gobierno de Franco ordenó la
evacuación urgente de todos los ciudadanos del estado español
residentes en Guinea Ecuatorial, antigua provincia que había accedido
a la independencia el 12 de octubre de 1968. Tras de sí estos ciudadanos
dejaron todos sus bienes y como consecuencia de su marcha, se interrumpió
la explotación de las plantaciones de cacao y café de su
propiedad.
El 3 de agosto de 1974 se produjo un golpe de Estado en la República
de Guinea Ecuatorial, alzándose con el poder el actual Presidente
Teodoro Obiang Enguema, quien solicitó a los propietarios españoles,
especialmente a los agricultores, que volvieran a Guinea y pusieran de
nuevo en funcionamiento las plantaciones que se encontraban abandonadas.
Algunos propietarios volvieron a ocupar sus fincas e invirtieron para
ponerlas en marcha. Sin embargo, este nuevo intento terminó en
fracaso por cuanto el café y cacao recolectado quedaba intervenido
en su exportación por el Gobierno de Guinea Ecuatorial, quien liquidaba
al propietario el 10% de su valor en el mercado internacional, circunstancia
que al hacer inviable la explotación, supuso en la mayoría
de casos su abandono al cabo de unos dos años. Tras el lento abandono
de las fincas, éstas fueron definitivamente ocupadas por ciudadanos
guineanos, consumándose así la expoliación que se
había iniciado años atrás.
Los ciudadanos peninsulares que abandonaron Guinea Ecuatorial, a diferencia
de lo que sucedió con los antiguos residentes en otras ex-colonias,
no recibieron ningún tipo de indemnización, más que
una mínima cantidad en concepto de ayuda social, ni crédito
que les permitiera, bien resarcirse en parte del perjuicio económico
que padecieron por culpa del abandono del Gobierno de la época,
bien reiniciar su vida en el territorio peninsular o insular.
DIEZ AÑOS DANDO VUELTAS
En fecha 5 de abril de 1995, el Congreso de los Diputados aprobó
por unanimidad una Proposición no de Ley presentada por el Grupo
Parlamentario Catalán (Convergencia i Unió) que hacia referencia
a las medidas compensatorias a ciudadanos ex residentes en la antigua
provincia de Guinea Ecuatorial. El objetivo de esta Proposición
no de Ley era resolver el problema de aquellas personas que abandonaron
la ex colonia española como consecuencia del deterioro de las relaciones
entre el Gobierno español y el Gobierno de Guinea, dejando todos
sus bienes en dicho territorio.
En ella se instaba al Gobierno, por una parte, a elaborar en el plazo
de seis meses un censo en relación a los que tuvieron que abandonar
la colonia y por otra parte, se establecía que en el plazo de dos
meses a contar desde la elaboración de dicho censo, se debían
concretar las medidas.
Después de diez años, han sido numerosas las iniciativas
parlamentarias que han mantenido abierto este debate, sin que el gobierno
del Estado haya concretado una solución para los afectados en el
proceso de descolonización de Guinea Ecuatorial.
A la vista de la injusta situación que se ha creado como consecuencia
de todos los hechos relacionados anteriormente, agravada por el excesivo
paso del tiempo y visto el apoyo que obtuvieron estas iniciativas por
parte del Grupo Parlamentario que da soporte al Gobierno, el Grupo Parlamentario
Catalán (Convergencia i Unió) consideró necesario
resolverla en el plazo más breve posible.
Es por todo ello que el Grupo Parlamentario Catalán (Convergencia
i Unió), presentó una proposición de ley de artículo
único: “Indemnizaciones a los ciudadanos españoles
ex residentes de la antigua colonia de Guinea Ecuatorial”, que pedía
que:
1. Los ciudadanos españoles que fueron perjudicados por la pérdida
de bienes inmuebles y negocios como consecuencia de la descolonización
y consecuente evacuación forzosa de Guinea Ecuatorial tienen derecho
a percibir del Estado una compensación económica por estas
pérdidas.
2. El Gobierno publicará el censo de perjudicados en el proceso
de descolonización de Guinea Ecuatorial.
3. Reglamentariamente el Gobierno establecerá el procedimiento
a seguir por los perjudicados para percibir la ayuda compensatoria del
Estado, así como las cantidades a percibir.
En el turno de Grupos, nuestra intervención fue la siguiente:
“El señor ANASAGASTI OLABEAGA: Muchas gracias, señor
presidente.
El señor Gasòliba ha dicho que esta proposición
de ley es sensata y ésa es una redundancia, señoría,
pues usted solamente presenta cosas sensatas y nuestro grupo parlamentario
tiene que apoyar la sensatez. Lo que usted propone no es sólo algo
sensato, sino también justo y sensible.
Aquí se ha hablado de la descolonización de Guinea Ecuatorial
hecha en 1968. En la historia de España las descolonizaciones no
son una parte de la historia de la que se puedan sentir orgullosos aquellos
a quienes tocó realizarlas. Recordamos lo que ocurrió en
el siglo XIX, en 1898, y recordamos lo que ocurrió en 1968. Ya
me gustaría que don Manuel Fraga, que algo tuvo que ver con la
descolonización de Guinea, estuviera en su escaño, así
como también lo tuvo que ver el ministro Castiella, que, además,
era de Bilbao e hizo absolutamente todo francamente mal. Se dejaron a
una serie de ciudadanos absolutamente colgados de la brocha, de mala manera
y maltratados. Nosotros tenemos cierta sensibilidad para el asunto; no
olvidemos que el alavés Manuel Iradier fue uno de los descubridores
de Guinea Ecuatorial desde el continente europeo.
De todos modos, antes que el senador Laborda, que parece que resume en
su persona la sensibilidad hacia Guinea Ecuatorial, hubo otro personaje
que trabajó en esto: un diputado socialista llamado Ciriaco de
Vicente, que encabezó una delegación que viajó a
Guinea Ecuatorial en 1988; mucho antes que el señor Laborda. En
esa delegación estaba don Jordi Casas —senador— y estaba
yo mismo. Todos estos planteamientos nos los hicieron ya en aquella época;
todo esto es muy viejo. El Partido Socialista se comprometió entonces
a resolver los problemas de aquellas personas que habían sido desprovistas
de terrenos y posesiones porque una pésima descolonización
las había dejado absolutamente a la intemperie.
Por eso, cuando usted habla del censo de perjudicados o de ayuda compensatoria
del Estado, nosotros simplemente decimos que si en vez de haber sido fincas
en las que se cultivaba café y cacao hubiera aparecido petróleo
en ellas, el problema ya estaría resuelto. Pero como se trata de
café y cacao, estamos como estamos: mal.
En relación al partido socialista he de decir que si viviera en
Las Palmas, en las próximas elecciones municipales votaría
como candidato a alcalde a don Arcadio Díaz Tejera, aunque no me
haya gustado nada su intervención. Ha sido un discurso sofista;
creo que usted no está convencido de lo que ha dicho. Presumiblemente,
esta proposición de ley saldrá adelante con al apoyo del
Partido Popular, del Grupo Catalán, del Grupo Vasco y no sé
si de algún otro grupo más. Puesto que va a salir, nos hubiera
gustado que, en coherencia con el discurso que ha mantenido siempre el
Partido Socialista, votaran que sí; yo conozco muy de cerca el
sentir socialista porque he hablado con mucha gente del Partido Socialista
de estos temas. Además, usted, don Arcadio, está absolutamente
convencido de que la iniciativa del señor Gasòliba es razonable,
sensata y, sobre todo, justa, que es lo importante.
Nuestro grupo va a apoyarla, y ojalá la proposición de
ley sirva para algo. Sobre todo, para hacer justicia, aunque sea tarde;
para que haya un resarcimiento para aquellas personas que fueron desprovistas
de sus posesiones «manu militari».
Muchas gracias, señor presidente.”
Al finar del debate saludamos a los promotores de la iniciativa que llevan
38años dando vueltas sin que nadie les soluciones su problema o
los compense por lo robado.
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