El jueves 2 de febrero compareció
en la Comisión de Asuntos Iberoamericanos, el Secretario de Estado
de Asuntos Exteriores y para Iberoamérica, D. Bernardino León.
Tras dar cuenta de los retos de la política exterior del estado
español con relación a Iberoamérica en el año
2006 contestó a la petición de comparecencia del senador
Dionisio García Carnero para que explicara lo que había
hecho el ministerio en relación con las expropiaciones practicada
y la situación de aquellos ciudadanos con nacionalidad española
que estaban viendo invadidas sus propiedades y tierras en las que habían
trabajado toda una vida.
Tras su primera intervención sobre los retos, el debate fue el
siguiente:
El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentario de Senadores Nacionalistas
Vascos tiene la palabra su portavoz, don Iñaki Anasagasti.
El señor ANASAGASTI OLABEAGA: Muchas gracias, señor presidente.
Muchas gracias, señor secretario de Estado.
Quizá nos hubiera interesado y gustado más que su intervención
hubiese estado precedida por algún documento con el fin de que
nosotros, en lugar de tener que repentizar nuestras intervenciones, hubiésemos
podido prepararlas con mayor reflexión para poner sobre la mesa
y aportar cuestiones relacionadas, por ejemplo, con las reformas del servicio
exterior.
Espero que en el turno de respuestas a los distintos grupos parlamentarios
pueda usted ampliar su primera intervención, pero si me lo permite
voy a exponer a bote pronto siete cuestiones que creo ha omitido usted
o quizá no ha tratado en profundidad.
La Secretaría General Iberoamericana
En primer lugar, ha hecho usted alusión a y también a lo
acordado en Salamanca. Pues bien, usted sabe mejor que nadie que en Bilbao
se celebró previamente una cumbre de Parlamentos iberoamericanos
en la que se aprobaron cuatro ponencias, cuatro indicaciones a las que
no ha hecho usted ni la menor referencia. Sería quizá interesante
que pudiéramos conocer si el Gobierno español es consciente
de que se aprobaron esas ponencias que, aunque no tienen mandato imperativo,
algunas de sus reflexiones están contenidas en parte de lo que
usted ha expuesto, del mismo modo que querríamos saber si ese foro
parlamentario tendrá futuro y si habrá alguna imbricación
entre lo acordado en ese foro iberoamericano y el trabajo de la Secretaría
General Iberoamericana.
Diplomacia Parlamentaria
En segundo lugar, usted no ha hecho referencia a algo de lo que se habla
mucho aunque no sabemos exactamente en qué consiste. Me refiero
a la llamada diplomacia parlamentaria sobre todo en relación con
situaciones que se están viviendo en América Latina, que
indudablemente requieren esa diplomacia parlamentaria. Lo cierto es que
usted no ha hecho alusión a ello. Por otra parte, hay algo que
está proliferando de un modo muy especial, los grupos de amistad,
que aunque viajan de vez en cuando, van y vienen, se quedan en nada. Sabemos
que el Ejecutivo no puede indicarle al Legislativo lo que tiene que hacer,
pero es indudable que la Secretaría de Estado debería hacer
alguna reflexión sobre este particular para que estos esfuerzos
tengan una utilidad, no sean baldíos, creyendo que, además,
tiene que haber una imbricación, un seguimiento por parte del ministerio
de cuantos trabajos se vayan realizando.
Coordinación Autonómica
En tercer lugar, usted no ha hecho alusión en su intervención
a una coordinación autonómica. Ha hecho usted una breve
referencia a la situación de Bolivia, e incluso ha mencionado la
posibilidad de un asesoramiento por parte del Gobierno español
en relación con la reforma constitucional que puede darse en ese
país y en la que, como oferta principal y telón de fondo,
puede haber una apuesta de descentralización administrativa y política.
Nosotros pensamos que las comunidades autónomas tienen algo que
decir al respecto.
Cuando se ha referido a la reforma del servicio exterior hablaba de crear
centros de promoción comercial en coordinación con las propias
autonomías, lo que nos hace pensar que en todos estos trabajos
relacionados con Iberoamérica se debería reforzar esa plataforma
de coordinación con las comunidades autónomas. Por cierto,
hay que reconocer que muchas de ellas han llevado a cabo un trabajo espléndido.
Las comunidades autónomas tienen una presencia muy notable en Iberoamérica
y por eso mismo podrían contribuir a dinamizar muchas de las cuestiones
planteadas por usted.
Apuesta Preferencial
En cuarto lugar quiero decir que, en nuestra opinión, la diplomacia
española en general abarca mucho pero aprieta poco. En su intervención
nos hubiera gustado oírle decir que va a haber una apuesta estratégica
preferencial hacia Sudamérica y Centroamérica. Así
como los Estados Unidos empiezan a no hacer esa apuesta estratégica
con Europa como hacían en el pasado y están diseñando
actualmente qué tipo de apuestas primordiales van a hacer, creemos
que el Gobierno español quizá debería apostar de
una manera absolutamente preferencial por América Latina no tratando
de diversificar tanto —es indudable que hay intereses en cualquier
parte del mundo—, ni pretender arreglar conflictos en todo el planeta,
con una dimensión media baja, dado que los compromisos de la Unión
Europea ya indican lo que se tiene que hacer de modo colectivo. Creemos
que a esta apuesta estratégica principal el Gobierno español
debería darle luz verde.
Opinión Pública
En quinto lugar, usted no ha hecho alusión a algo que para nosotros
es fundamental. Las democracias son un régimen de opinión
pública, pero la opinión pública en general, y más
concretamente y , está muy confusa a pesar de que hay medios de
información públicos. Por ejemplo, Radiotelevisión
Española es un medio público; sin embargo, no se está
utilizando de manera adecuada a la hora de informar debidamente sobre
lo que está ocurriendo en esos países para ir tratando a
la vez de llevarles unas ciertas premisas democráticas. Y es que,
en lo que a algunos de ellos se refiere, nuestro grupo político
tiene una seria preocupación por todo lo que está ocurriendo
allí. Por este motivo, nos gustaría que el Gobierno tuviese
mucho más en cuenta la importancia que tienen los medios de información
públicos a la hora de ir creando también una comunidad de
intereses en todos esos países. Ustedes tienen un instrumento fundamental
que puede ser del mayor interés: trata de una fundación
que puede ir acercando posturas, personas y conocimiento sobre situaciones
concretas de una manera mucho más intensa, mucho más programada
y mucho más conocida puesto que hasta el momento a esta fundación
se la desconoce casi por completo.
Observación Electoral
En sexto lugar, señor secretario de Estado, quisiera hacerle un
comentario sobre la observación electoral. Usted ha hablado de
cómo once países de América Latina van a tener que
pasar por procesos electorales a lo largo del presente año. Nos
gustaría conocer si se va a uncir la observación que pueda
realizar el Gobierno español a los compromisos de , o bien si,
como usted acaba de exponer, se va a hacer lo que se acordó en
las Cortes Generales. Es decir, quisiéramos saber si se va a hacer
lo mismo que en las pasadas elecciones de Venezuela del día 4 de
diciembre, en las que, aparte de que hubo una observación por parte
de , también España envió la suya propia. Queremos
conocer cómo se va a actuar en esos once procesos electorales:
si a petición de esos países va a haber observación
internacional o si en algunos casos ustedes van a intentar forzar un poco
la máquina con objeto de que se pueda hacer dicha observación.
La Educación
En séptimo lugar, señor secretario de Estado, nos gustaría
haberle escuchado hacer una apuesta por impulsar la cooperación
educativa en los estudios de grado y postgrado universitarios. Desgraciadamente,
estos días el Gobierno español está siendo noticia
por la venta de fragatas, aviones o barcos, como quiera llamarse a lo
que en este momento se negocia y se pone en cuestión, y nos gustaría
que en la relación comercial con estos países no solamente
se hablara de armas sino también y fundamentalmente de una verdadera
apuesta educativa.
Venezuela
Finalmente, el señor secretario de Estado ha hecho especial hincapié
en uno de los países al referirse a la situación de Venezuela.
Efectivamente, fuimos como observadores a esas elecciones del 4 de diciembre
de 2005 pero en este momento la oposición venezolana no está
representada en la asamblea nacional. Creemos que la ayuda más
importante que nosotros podemos prestar a ese país no es la injerencia
en los asuntos internos, sino fundamentalmente tratar de llevar al ánimo
del gobierno venezolano que el sistema electoral tiene que ser limpio,
democrático y controlable. Solamente con eso, tanto la oposición
como los partidos políticos que de alguna manera adversamos el
régimen del coronel Hugo Chávez, nos sentiríamos
muy satisfechos; simplemente pedimos un sistema electoral limpio y democrático,
y no creemos que sea pedir mucho. Usted ha hablado de espacios de consenso
y de tratar de acercar posturas y nosotros pensamos que es fácil
logarlo, basta con ejercer cierta presión para conseguir un sistema
electoral limpio.
Muchas gracias, señor presidente.
Contesta Bernardino León
El señor SECRETARIO DE ESTADO DE ASUNTOS EXTERIORES Y PARA IBEROAMÉRICA
(León Gross): Muchas gracias, señorías, por sus intervenciones,
siempre útiles y motivo de reflexión y de análisis
por parte de este secretario de Estado y de su equipo.
Quisiera agradecer además las palabras de apoyo que la totalidad
de los intervinientes han tenido a bien hacer —en algunos casos
más y en otros menos— respecto a la acción de este
Gobierno en América Latina. En todo caso, quiero destacar que si
solicité mi comparecencia ante esta comisión en este momento,
al inicio del año, es precisamente porque valoro enormemente las
opiniones, las ideas y las iniciativas que sus señorías
pueden hacer a este respecto. Además, creo que es una excelente
idea que completemos estas comparecencias con otras al final del año,
donde podamos evaluar lo realizado a lo largo de tal período y,
desde este momento, me brindo y comprometo a ello.
También quiero agradecer especialmente al senador Anasagasti sus
siete reflexiones. Obviamente en una intervención de carácter
general no siempre se puede incorporar todo lo que es relevante, y desde
luego muchas de sus observaciones son absolutamente pertinentes y relevantes.
No obstante, he tenido que escoger y centrarme en algún criterio,
que ha sido el de prestar especial atención, porque entiendo que
es lo que a sus señorías interesa, en la acción del
Gobierno, y por ello no he hecho sino unas menciones superficiales a la
labor de la Secretaría General Iberoamericana. Qué duda
cabe que ésta es importantísima y qué duda cabe que
los responsables de la secretaría harían muy bien en mantener
un diálogo con sus señorías sobre este tema. Y también
puedo decir lo mismo respecto de la diplomacia parlamentaria.
Creo que a sus señorías les consta el interés de
este secretario de Estado así como del ministro de Asuntos Exteriores
en reforzar la diplomacia parlamentaria. Todos recordarán cómo
yo mismo asumí el compromiso de impulsar la presencia de sus señorías
en la Cumbre de Salamanca, y si me centro en los aspectos concretos que
su señoría recordaba, en lo que se refiere al seguimiento
de Salamanca, debo decir que no corresponde al Gobierno tomar decisiones
que deben adoptar sus señorías y que deben adoptar los parlamentarios
de los países latinoamericanos. Como su señoría sabe,
próximamente se debe celebrar una reunión del comité
de seguimiento del encuentro de Bilbao, donde se adoptarán las
decisiones que, en todo caso, y es importante que ello se diga desde el
Gobierno, recibirán el pleno apoyo del Gobierno porque estimamos
que ése es un ámbito de cooperación muy importante.
Tampoco me he referido a otros foros que también tuvieron gran
importancia, como los foros de economistas, de empresarios y de periodistas,
foros donde la sociedad civil también realizó aportaciones
muy importantes, y no por no haberlos mencionado quiero que sus señorías
puedan tener la impresión de que no le damos la importancia que
merecen.
En cuanto a las comunidades autónomas, éstas también
desempeñan un papel fundamental. Creo que su señoría
es plenamente consciente de hasta qué punto se están cuidando
esas relaciones en esta etapa, de que se está coordinando la labor
con las comunidades autónomas, tanto en Madrid como en los distintos
países latinoamericanos, y de cómo las relaciones entre
las embajadas y los representantes de las comunidades autónomas
son fluidas y de una plena colaboración.
En cuanto a si hay una apuesta preferencial sobre Iberoamérica,
obviamente así es, y no lo he dicho en este caso porque considero
que a estas alturas eso es algo bien conocido y sobre lo que ya hemos
hablado. El simple hecho de que la Secretaría de Estado de la que
soy titular se denomine de Asuntos Exteriores y para Iberoamérica,
destacando muy especialmente ese «para Iberoamérica»,
demuestra, junto al hecho de que tanto el ministro de Asuntos Exteriores
como yo mismo dedicamos tal vez un 50 por ciento de nuestro tiempo a América
Latina, que efectivamente hay una apuesta preferencial por ello.
Tampoco he hecho mención al tema de los medios públicos.
Comparto plenamente la opinión de su señoría porque
ése es un asunto que se encuentra recogido en los trabajos de reforma
del servicio exterior que se están realizando.
Ahí hay un capítulo precisamente dedicado a por dónde
podría discurrir la reforma de los medios de comunicación
públicos y cómo vincularlos a la acción exterior
del Estado. También considero importantísima la observación
electoral, que tampoco he mencionado en esta intervención porque
ya nos hemos referido a ello en las comparecencias anteriores sobre presupuestos,
en las que he podido informar a sus señorías sobre cómo
mi departamento ha triplicado el presupuesto que dedica a la observación
electoral y lo hemos hecho precisamente porque consideramos que ello es
muy relevante.
No quisiera ahora detenerme en el análisis de lo que van a ser
los once procesos electorales. Partiendo de una primera valoración
de que todos son importantísimos y todos van a recibir la mayor
atención por parte de este Gobierno y sin duda de la sociedad y
de los actores políticos españoles, cada uno de ellos requerirá
de un análisis particular y sobre ello tendremos oportunidad de
seguir hablando a lo largo de este año.
Educación. Su señoría también tiene razón
en que éste es un capítulo fundamental y creo que usted
conoce la iniciativa del presidente del Gobierno de canje de deuda por
educación, como creo que también sabe que la cooperación
que España destina a la educación se ha multiplicado por
más de dos y nuestro objetivo es poder triplicarla. Asimismo creo
que también conoce el compromiso adquirido en la Cumbre de Salamanca
de adelantar al año 2008 la erradicación del analfabetismo
en América Latina y de hecho algunos programas que se están
siguiendo con particular éxito en países como, por ejemplo,
Paraguay, demuestran que estamos trabajando muy intensamente en ese camino.
En cuanto a sus valoraciones sobre el reciente proceso de elecciones
legislativas en Venezuela y lo que podría ser la labor del Gobierno,
quisiera reiterar las declaraciones hechas en este sentido por parte del
ministro de Asuntos Exteriores y de mí mismo respecto de las conclusiones
que la misión de observación electoral de de esta Cámara,
la propia misión de la OEA emitiera en su día. Creo que
se trata de observaciones muy importantes, observaciones que todos tenemos
que tener muy en cuenta. En todo caso esa opinión es compartida,
y tal y como he dicho en mi intervención, una de las prioridades
de nuestra acción en Venezuela a lo largo de este año será
contribuir a que se pueda coser, a que se pueda articular de nuevo una
relación de consenso entre las fuerzas políticas de Venezuela.
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor secretario
de Estado. Sí, senador.
La Cumbre de Bilbao y el Embajador Morodo
El señor ANASAGASTI OLABEAGA: Señor presidente, pido la
palabra para hacer dos puntualizaciones.
El señor PRESIDENTE: Si son breves, hágalas. Mejor si es
sólo una. Adelante, señor Anasagasti.
El señor ANASAGASTI OLABEAGA: Ya sabe usted que soy breve. Señor
secretario de Estado, he hecho la observación sobre la Cumbre parlamentaria
de Bilbao porque no se hubiera podido realizar si no hubiera contado con
el impulso del ministerio y de la Secretaría de Estado. Sin embargo,
no han puesto mucho interés en que el mundo iberoamericano y las
instancias institucionales se enteraran de que existió esa cumbre
y de que en ella se aprobaron cuatro ponencias.
Le voy a poner un ejemplo muy concreto. Hoy me he encontrado con este
librote en la mesa de mi despacho, «El mañana es hoy»,
que enviaba el presidente del Parlamento Europeo —el señor
Borrell— y que habla sólo de la Cumbre de Salamanca. Tiene
un prólogo de Su Majestad el Rey y del presidente del Gobierno,
don José Luis Rodríguez Zapatero. No hay ni una sola mención
a la otra cumbre. Me imagino que ni el rey ni el presidente del Gobierno
redactarán sus propios discursos, sino que trabajarán ustedes
en ellos. Pues bien, no hay ni una sola mención, como le digo,
a la Cumbre de Bilbao. No estaría mal que pusieran un poco de énfasis
en lo que se ha hecho, tratando de que el foro de Bilbao se consolide
en Uruguay.
Mi segunda matización se refiere a lo que ha dicho usted sobre
la observación internacional. Ha dicho que no pretendía
detallar lo que va a hacer el Gobierno sobre los 11 comicios que se celebrarán
durante 2006. Ustedes van a ser muy respetuosos con lo que pusieron negro
sobre blanco en relación con la observación europea y la
observación española en Venezuela durante las elecciones
del 4 de diciembre, y me parece muy bien que lo lleven a embargo, para
nuestro disgusto, esto no se compadece con el hecho de que el embajador
de España en Venezuela escriba un artículo en el diario
«El País» el 6 de enero, haciendo una enmienda a la
totalidad a la observación que las Cortes Generales hicieron a
las elecciones del 4 de diciembre. Perdonen la exageración, pero
ha sido algo así como lo que hizo el teniente general Mena con
el discurso de la Pascua militar. ¿Qué hace un embajador
enmendando la plana a una observación de las Cortes Generales?
Por mi parte, creeré en sus palabras, señor secretario
de Estado, cuando un embajador bajo su responsabilidad no haga ese tipo
de incursiones invalidando un trabajo parlamentario. Muchas gracias, señor
presidente.
Un Grupo de Trabajo Parlamentario
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor secretario de Estado.
Señorías, este presidente no puede dejar de hacer una mención
breve sobre una cuestión que se ha suscitado por el señor
Anasagasti, y que ha sido respondida por el señor secretario de
Estado, que se refiere al Foro de Bilbao. En su respuesta al señor
Anasagasti el señor secretario de Estado ha hecho referencia, en
efecto, a la reunión del grupo de trabajo que, según la
propia declaración final del Foro de Bilbao, llevará el
seguimiento de los acuerdos allí adoptados. Lo único que
puedo decir es que esa reunión tendrá lugar en Villarrica,
Chile, los días 10, 11 y 12 de febrero, y ha sido decisión
de las Cortes Generales que la delegación española esté
encabezada por quien les habla.
En cuanto a la posición española, quiero aprovechar esta
ocasión para agradecer a todos los portavoces de los grupos parlamentarios,
con los que he hablado para contarles cuál podría ser una
buena propuesta, el apoyo que dan a la misma, que tal vez en este momento
no convenga adelantar hasta que no nos conste a todos que pudiese llegar
a tener el suficiente grado de apoyo por otros países iberoamericanos.
También aprovecho para agradecérselo tanto al Ministerio
de Asuntos Exteriores, por el apoyo logístico que se nos puede
llegar a dar, como a , por el mismo motivo.
Leo sin embargo cuál es el encargo concreto del Foro de Bilbao.
Considera la necesidad de establecer un grupo de trabajo que avance, mediante
dos reuniones a celebrar entre la XV y la XVI cumbres iberoamericanas,
en la articulación de propuestas para encauzar la participación
de los parlamentarios en el proceso de consolidación de de Naciones.
El objetivo de dichas propuestas ha de ser la de dotar institucionalmente
a la Conferencia Iberoamericana de una adecuada instancia parlamentaria.
Subrayo esas últimas palabras: dotar institucionalmente a la Conferencia
Iberoamericana , es decir, a de Naciones, de la adecuada instancia parlamentaria.
Esperemos que el encuentro de Villarrica sea un éxito y agradezco
de nuevo a los portavoces con los que he hablado sobre esta cuestión
el apoyo que me están dando.
El Expolio de Yaracuy
El señor PRESIDENTE: Señorías, pasamos a la segunda
parte de la sesión del día de hoy, que girará en
torno a las comparecencias sobre Venezuela, solicitadas por Coalición
Canaria y por el Grupo Parlamentario Popular. En principio intervendrán
los dos grupos que solicitaron dichas comparecencias y en el orden en
que lo hicieron.
Tiene la palabra a continuación el senador Anasagasti y posteriormente
intervendrá también el senador García Carnero.
El señor ANASAGASTI OLABEAGA: Muchas gracias, señor presidente.
Señor secretario de Estado, permítame una incursión
de tipo personal acerca del Estado de Yaracuy, donde nació el ex
presidente Rafael Caldera. Mi padre, cuando llegó al exilio en
Venezuela, fue administrador de una de esas grandes fincas, la de Lizarraga
, que se ocupaba de cultivar café y de algodón. Por tanto,
conozco algo la situación que se vive en Yaracuy. Y es una situación
inquietante, y debiera ser también inquietante para el Gobierno
español.
Usted sabe mejor que nadie que los sistemas populistas son muy sensibles
a la presión que se pueda ejercer sobre ellos. Y lo vimos cuando
el presidente Hugo Chávez estuvo en la Cumbre de Salamanca y posteriormente
fue a Galicia y, a unos comentarios que le hicieron allí, dijo
que si había un problema se iba a resolver.
Por tanto, no dudamos de que el Gobierno español ha efectuado
las presiones y las reclamaciones pertinentes, como usted bien a expresado,
pero en cuanto a la intervención del senador Perestelo respecto
a que ha sido lenta la gestión, añadiría un calificativo
más: ha sido lenta y poco sensible, en el sentido de que se ha
aplicado la frialdad de la diplomacia, aunque sabemos que el embajador
de España no es diplomático, sino que teóricamente
es político. ¡Pues vaya político, señor secretario
de Estado!
Si el presidente Hugo Chávez hace ese tipo de discursos sobre
Emiliano Zapata, se manifiesta con esos tremendismos y acusa a todo el
mundo, incluso últimamente ha acusado a los judíos de haber
propiciado la muerte de Jesucristo, parece normal que sucedan este tipo
de cosas, esta ocupación de tierras.
Pero tiene que haber una representación diplomática más
activa. No sé si usted está al tanto de una conversación
del presidente Hugo Chávez que tuvo lugar en el Fuerte Tiuna, cuando
dijo que había cuatro embajadores con lo que tenían que
tener especial sensibilidad y especial preferencia respecto a la relación
del Gobierno: los de Irán, Libia, Cuba y España. Es decir,
si un embajador tiene semejante acceso a Miraflores, se requiere que por
lo menos haya una mayor sensibilidad por parte del embajador ante un problema.
No le pedimos que haga protestas oficiales pero sí que sea mucho
más rápido y mucho más sensible, porque estamos hablando
de seres humanos que han sido expropiados de mala manera, han sido maltratados
y no se han visto correspondidos desde el punto de vista del calor y de
la sensibilidad que debiera haber tenido la representación diplomática.
Sé que al decir esto quizá usted me conteste lo mismo que
me dijo el embajador en Caracas el día 5 de diciembre: “Iñaki,
critícame cuanto puedas porque cuanto más me critiques más
me refuerzas”. Eso me lo dijo nuestro embajador, no estoy improvisando
nada. Además, la representación que allí fue tuvo
la oportunidad de escucharlo.
Usted me ha dicho antes que no se puede comparar el discurso del teniente
general Mena con un artículo de un embajador que a fin de cuentas
es una cuestión de tipo personal. Así pues, no lo comparo;
lo retiro. Pero usted también tendrá que convenir que es
una anomalía lo que se está viviendo en Venezuela por parte
del embajador.
Ustedes tienen dos problemas como Gobierno. A ustedes les gustaría
—eso no lo pueden decir— que en Venezuela hubiera otro tipo
de presidente, que no fuera un populista, que fuera un demócrata,
que fuera representante de un partido político, que hubiera una
estabilidad democrática. No obstante, es la realidad la que es
y se tienen que aguantar. Pero con quien no se tienen que aguantar es
con este embajador. Este embajador no está al servicio de los intereses
generales, está al servicio de unos ciertos intereses, incluso
suyos particulares. Por tanto, creo que tienen dos problemas. Uno de ellos
indudablemente es el embajador. Ya sé que le estoy reforzando,
pero le tengo que decir que con ese embajador los problemas se van a seguir
suscitando. Y para una situación como la que se está viviendo
en Venezuela, extremadamente delicada, con una sociedad dividida en dos,
con un Parlamento donde no hay representación de la oposición,
la peor representación que en este momento puede tener el Gobierno
español es la de una persona que ante una situación como
la que se ha vivido en el Estado de Yaracuy no ha mostrado la sensibilidad
democrática, humana, personal de acercarse al dolor humano y estar
con ellos, por lo menos haber estado con ellos.
Y se lo digo porque la representación de las Cortes Generales
estuvo como observadora en las elecciones. Tengo una cierta experiencia
parlamentaria, llevo 20 años y he viajado mucho, y he reconocido
la labor extraordinaria que realiza la diplomacia española en muchísimos
países. Pero no he visto nunca que un embajador no haya recibido
a una delegación, o no la haya despedido, o no haya estado en ninguna
de las reuniones, como las que hemos mantenido con autoridades venezolanas
y con representantes de esto lo he vivido el 4 de diciembre en Caracas.
Por tanto, repito: no dudo de que ustedes han hecho lo posible por estar
cerca de lo que está ocurriendo en Venezuela, pero lo han hecho
lentamente y con una ausencia total de sensibilidad política y
humana.
Contestación de Bernardino León
El senador Anasagasti ha dicho que la situación era inquietante,
e incluso yo la he calificado de preocupante. Sin duda, es seria y motivo
de una atención especial por parte de este Gobierno, que está
algo más que inquieto ante esta cuestión.
Creo que todos estamos de acuerdo en que hay una lentitud en la respuesta,
pero no me siento capaz de valorar si la actuación es poco sensible
o no. Desde luego, si tengo que juzgar por las informaciones y los intercambios
que se están produciendo constantemente con la embajada de España
en Caracas sobre esta cuestión, debo asegurar a su señoría
que la embajada está actuando con sensibilidad y enorme interés
en relación con este tema.
Considero importante dejar claro que las críticas de su señoría
siempre son enriquecedoras, o al menos ésa es mi experiencia, en
particular en lo referente a Venezuela porque soy consciente de que conoce
muy bien ese país. Por tanto, no puedo más que tomar nota
de lo que me señala y asegurar a su señoría, por
si hubiese alguna duda sobre la sensibilidad con la que estamos trabajando,
que en la próxima visita que realice a Venezuela yo mismo me reuniré
con los afectados.
Su señoría se ha referido a la frialdad de la diplomacia,
pero desgraciadamente en el ámbito diplomático no nos movemos
por sentimientos o afectos sino según unas reglas, que son las
del Derecho Internacional, y unos principios, y lo digo no sólo
por lo que ha señalado su señoría sino también
el representante del Grupo Parlamentario Popular. Este mundo no es cuestión
de afectos o no afectos, de abrazos o no abrazos, sino de una política
exterior que se rige por unas reglas y unos principios, siendo el primero
de ellos el de no injerencia en los asuntos internos de otro Estado.
Así son las cosas y así estamos trabajando y eso significa
que hay que juzgar la política exterior por lo que es, independientemente
de que un embajador sea siempre un elemento fundamental en la ejecución
de esa política exterior. En ese sentido, quiero subrayar que los
embajadores —y lo digo muy claramente— no solamente representan
a un Ministerio de Asuntos Exteriores sino a todo el Estado, y dentro
de esa representación se incluye uno de los poderes fundamentales,
que es el poder legislativo. Por lo tanto, tomo también buena nota
de lo que su señoría señala y tenga por seguro que
habrá consecuencias y que hablaremos con la embajada en Caracas
para tratar de aclarar en qué circunstancias se han producido los
hechos que ha comentado su señoría.
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